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En nuestro viaje a Japón visitamos Itsukushima, conocida popularmente como Miyajima, una isla escarpada y frondosa situada a 50 km de Hiroshima. Su pico más alto, el monte Misen (530 metros) es el más elevado de la región. Tiene un aire místico y espiritual, de hecho era considerada una isla sagrada debido a la tradición sintoísta de venerar las montañas y se prohibió la presencia humana durante varios siglos (nadie podía nacer ni morir en ella), hasta que se convirtió en un lugar de peregrinación y acabó siendo un punto de interés turístico por su belleza paisajística y religiosa.

Su principal atractivo es el santuario construido en unas pasarelas sobre el mar con un imponente torii en mitad de la bahía, al que se puede ir caminando cuando baja la marea. También os sorprenderá la cantidad de ciervos que viven en libertad y se pasean por toda la isla.

La mayoría acude sólo para pasar medio día, pero nosotros os aconsejamos que le dediquéis uno o dos días y os quedéis a dormir para disfrutar de la soledad de la isla cuando el último ferry abandona el puerto y desaparecen las hordas de turistas. En ese momento percibiréis la magia de este lugar.

1· Visitar el Santuario Itsukushima

Santuario Itsukushima en Miyajima

Este santuario sintoísta de color rojo, se fundó en el año 1168 y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996. Debido a la naturaleza sagrada de la isla, el templo no se construyó en tierra firme, si no que se instaló encima de pasarelas de madera sobre el mar que lo protegían de las mareas.

Todo el conjunto está formado por varios edificios y salones conectados por pasarelas cubiertas, llenas de columnas rojas, lámparas y faroles de metal. Cuando la marea está alta, los edificios y pasarelas parecen flotar sobre el agua. Si vais a primera hora, respiraréis un ambiente en calma y veréis como los rayos del sol del amanecer iluminan el torii flotante.

Santuario de Itsukushima

  • Horario: 6:30 a 18:30 (hasta las 17:30 en octubre, noviembre, enero y febrero y hasta las 17:00 en diciembre)
  • Entrada: 300 ¥

2· Torii flotante

Torii flotante de Miyajima al amanecer

Es la imagen más icónica de la isla, una gran puerta de madera de alcanforeros centenarios, pintada de bermellón y situada a 200 metros de la orilla. Simboliza un portal que separa el mundo espiritual del humano y su color rojo tiene como objetivo proteger de los malos espíritus.

Cuando sube la marea, parece flotar en el agua y con marea baja, es posible llegar caminando hasta su base. Las mejores fotografías se toman al atardecer y al amanecer. Por la noche está iluminada hasta las 23:00 y la imagen es preciosa.

Ya durante el trayecto de llegada a la isla en el ferry, se ve su imponente figura, con los seis gruesos pilares que lo mantienen en pie.

Cómo llegar a Miyajima

  • Desde el centro de Hiroshima, se puede tomar el tranvía 2 hasta el puerto de Miyajimaguchi (unos 70 minutos, 270¥). Desde aquí parten los barcos que realizan el trayecto hacia la isla en unos 10 minutos. Hay dos empresas, la JR incluida en el Japan Rail Pass, y la Miyajima Matsudai Kisen, no incluida con el JRPass. El billete de ambos es de 180¥.
  • Otra opción es coger la línea JR Sanyo en la estación de Hiroshima hasta la estación de Miyamaguchi (25 minutos) y desde aquí caminar 5 minutos hasta el muelle de embarque (420¥, incluidos en el JRPass).
  • Existen barcos directos desde Hiroshima, junto al Parque de la Paz, pero no están cubiertos por el Japan Rail Pass. El trayecto dura aproximadamente 45 minutos (2200¥). Hay otra ruta desde el Puerto de Hiroshima, más alejado del centro, con 30 minutos de duración y 1900¥.

Tenéis una entrada con la información completa de cómo ir a Miyajima desde Hiroshima y el transporte en Hiroshima.

Torii flotante desde el ferry

Los barcos de JR Miyajima Ferry que parten de Miyajimaguchi entre las 9:10 y las 16:10 hacen un recorrido más próximo al torii, teniendo una visión perfecta de la puerta, por la misma duración y el mismo precio (son los llamados Great Torii Ferry).

Podéis consultar todos los horarios del ferry JR a Miyajima en su web.

3· Los ciervos de Miyajima

En cuanto salgáis de la terminal y caminéis un poco por el paseo marítimo en dirección al torii, os encontraréis con un montón de ciervos que no os tendrán ningún miedo, ellos viven allí y nosotros somos los visitantes. Recordad que son animales salvajes, no intentéis acercaros mucho salvo que ellos lo hagan ni hagáis ningún movimiento brusco que pueda asustarlos.

También encontraréis monos en los frondosos bosques de la isla, y debéis tener las mismas precauciones porque suelen ser un poco agresivos.

Por favor, no alimentéis a los ciervos ni a los monos. Por culpa de los turistas que lo hacen, tendréis que andaros con ojo y esconder bien la comida que podáis llevar en la mochila o en los bolsillos, porque si la huelen pueden perseguiros y actuar de forma agresiva. Vimos más de un susto en nuestra visita.

Cervatillos en Miyajima
Cervatillo comiendo flores de cerezo en Miyajima

4· Dormir en un ryokan tradicional

Habitación en el Ryokan Watanabe Inn de Miyajima

Una de las mejores cosas que hacer en Miyajima es dormir en un alojamiento tradicional, los llamados ryokan.

Son posadas regentadas normalmente por familias que ofrecen alojamiento en habitaciones de estilo japonés, con suelo de tatami, futones tradicionales y ofuro (baño japonés), junto con servicio de desayuno y cena con platos típicos. También proporcionan un yukata, el traje tradicional, para dar un paseo por la isla.

Nosotros nos alojamos en Watanabe Inn, gestionado por una familia extremadamente amable.

Ryokan en Miyajima

A pesar de que Iwaso es uno de los más populares, nosotros nos alojamos en Watanabe Inn, un ryokan regentado por un matrimonio amabilísimo, el trato fue inmejorable. Está situado en una zona tranquila junto al río pero a solo 5 minutos del gran torii. Os lo recomendamos.

5· Templo Daisho-in

Templo Daisho-in en Miyajima

Este inmenso templo budista de la secta Shingon, marca el inicio de subida a la cima del Monte Misen, con varios edificios bien integrados en la naturaleza.

Llaman la atención las escaleras de subida con las ruedas de plegarias que los feligreses deben ir rodando mientras pasan sus manos (imitando la lectura de sutras, los textos sagrados de buda o sus discípulos), y los caminitos serpenteantes custodiados por cientos de figuras de budas y monjes ataviados con bufandas y gorros a modo de ofrenda.

Desde arriba se tiene una panorámica muy chula del pueblo con el torii. Merece mucho la pena recorrerlo.

6· Subir al Monte Misen

El Monte Misen es el pico más alto de la región, con una altura de 530 metros. Desde su cima se tienen unas increíbles vistas de la isla, el mar de Seto e incluso la ciudad de Hiroshima.

Kobo Daishi, el monje budista creador de la secta Shingon, pasó aquí 100 noches en el año 806 y fundó el salón Misen Hondo o salón principal del monte Misen. Aquí encendió una llama que ha permanecido viva más de 1200 años hasta la actualidad (en el salón Reikado), convirtiendo esta montaña en un importante lugar de culto y peregrinación para los budistas.

Se puede subir a pie o en teleférico (tenéis más información en cómo moverse en Hiroshima y Miyajima). El teleférico se coge en el parque Momijidani (la estación Momijidani está a unos 20 minutos caminando desde la entrada) y en 10 minutos se llega a la estación de Kayadani, donde se toma otra cabina hasta la estación de Shishiiwa, a unos 430 metros de altura. Desde aquí la subida hasta la cima sólo puede hacerse caminando, pasando por formaciones rocosas singulares. Las vistas durante todo el recorrido y desde la cumbre son impresionantes.

Teleférico de Misen

Hay un autobús lanzadera gratuito desde la entrada del parque Momijidani hasta la estación del teleférico.

El teleférico opera de 9:00 a 16:00, con un precio del billete de 1100¥ (2000¥ ida y vuelta). Tenéis toda la información del teleférico de Misen en su web.

Si decidís subir andando, hay 3 opciones:

    • Ruta Momijidani. Con 2,5 kilómetros, es la más corta pero la más dura por su inclinación. Se inicia en el parque Momijidani, cerca de la estación del teleférico y asciende por mitad del bosque. Se tardan unas dos horas aproximadamente y es preciosa en el otoño, con el cambio de color de las hojas o momiji.
    • Ruta Daisho-in. Es la ruta menos empinada y la que ofrece mejores vistas, por tanto también la más concurrida. Con una longitud de 3 kilómetros, y muchísimos escalones, conecta el templo Daisho-in con la cima en unas dos horas aproximadamente.
    • Ruta Omoto. Es la más larga de las tres, con 3,2 kilómetros y más de dos horas de duración. Parte del parque Omoto, al lado del Acuario de Miyajima.

Nuestro consejo es que subáis en el teleférico y bajéis por alguna de las tres rutas de senderismo. Llevad calzado cómodo, agua y algo de comida para picar.

Jizos

A lo largo de los senderos veréis pequeñas estatuillas llamadas jizos (guardianes de los niños fallecidos y los viajeros) decorados con gorros y bufandas de lana de color rojo, aunque algunos llevan atuendos más modernos, con gafas de sol, gorras, etc.

Jizos en el inicio de la ruta Daisho-in

7· Probar los ostiones de Miyajima

Ostiones a la brasa, típicos de la isla

Cuando recorráis la calle principal Omotesando, a parte de las múltiples tiendas y la cuchara de madera para remover arroz más grande del mundo (shamoji), veréis muchísimos puestos en los que están cocinando ostras frescas a la brasa (yakigaki).

Nosotros teníamos entendido que las ostras no deben cocinarse y deben comerse crudas. De esta manera no nos hacen mucha gracia, pero en Miyajima uno de los platos típicos son los ostiones al grill, con o sin rebozar, y así sí que nos los comimos a gusto, son una delicia. No os vayáis sin probarlos.

8· Comer un sabroso okonomiyaki

Okonomiyaki en Daruma no Hasshou

En Miyajima probaréis un exquisito plato, el okonomiyaki al estilo de Hiroshima.

Tiene un aspecto un tanto «guarro», es una crêpe cubierta con col rallada, brotes de soja, arroz inflado, beicon, huevo, fideos yakisoba, salsa okonomiyaki, cebolleta, queso y katsuboshi (aunque puede añadirse cualquier ingrediente que se desee). Se cocina directamente sobre la plancha y es todo un espectáculo ver cómo lo preparan.

Nosotros lo probamos en Daruma no Hasshou, muy recomendable.

9· Tomarse un momiji manju

En este viaje descubrimos que a los japoneses les encanta lo dulce, y cuanto más dulce y empalagoso, mejor. En todas las ciudades encontramos obradores con multitud de tipos de pasteles y Miyajima no iba a ser menos. Uno de los dulces típicos de la isla son los momiji manju, unos bollitos con forma de hoja de arce rellenos de pasta de judías, chocolate u otras cremas dulces. Son adictivos, incluso hay Kit-Kat con su sabor.

Momiji manju, detalle mientras nos registramos en Watanabe Inn

10· Pagoda de cinco pisos Gojunoto

Pagoda Gojunoto en Miyajima

Esta gran pagoda de cinco pisos y casi 28 metros de altura, es otro de los símbolos de Miyajima. Con decoraciones muy cuidadas y el color rojo típico de los templos japoneses, está ubicada en lo alto de una colina, junto al santuario de Itsukushima y con unas buenas vistas del mismo.

A su lado está el salón de las mil esterillas o Senjokak, en realidad llamado santuario Toyokuni. Es un templo de madera inacabado con un interior muy amplio (que ocupa un espacio de mil tatamis, de ahí el sobrenombre).

Bonus· Visitar Hiroshima

Vistas de la bahía de Hiroshima en la subida al Misen

La ciudad de Hiroshima es mundialmente conocida por ser el lugar donde cayó la bomba atómica el 6 de agosto de 1945. Hoy el Parque de la Paz nos recuerda ese triste suceso, siendo el principal atractivo de la ciudad. Podréis aprender más en el estremecedor Museo Conmemorativo de la Paz, dónde está la Cúpula de la Bomba Atómica, uno de los pocos edificios de la zona que quedó en pie.

También podréis acercaros al bonito castillo de Hiroshima, apodado «la carpa», o probar los ricos okonomiyaki al estilo de Hiroshima.

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Somos Antonio y Rafa, y cómo a vosotros, nos encanta viajar. Nos hemos decidido a escribirlo aquí para tener ese recuerdo de forma accesible, y para poder facilitar nuestra información a los amigos que nos piden consejo. Esperamos que disfrutéis leyendo el blog como nosotros lo hacemos al escribirlo.

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