
Después de dos años sin salir de España, en junio de 2022 estábamos ansiosos por hacer un viaje fuera, y aunque ya teníamos preparada nuestra visita a Nueva York para septiembre, necesitábamos una escapada rápida para desconectar del exceso de trabajo y de la obra del piso nuevo que se estaba alargando. Ya sabéis cómo nos inspiramos y planificamos los viajes, así que nos pusimos a ello, con la única condición de que el vuelo tenía que ser directo desde Valencia para aprovechar los 4 días al máximo. Ganó Roma, la última vez habíamos estado en 2013 con unos amigos y nos apetecía volver a verla a nuestro ritmo, y sin la presión que solemos autoimponernos en las primeras visitas a los destinos, este ya lo conocíamos.
Teníamos bloqueados varios días de junio en nuestras agendas que cuadraban perfectamente con los vuelos que ofrece Vueling desde Valencia; y el hotel de la anterior visita, que tanto nos había gustado, estaba disponible, solo quedaba preparar la maleta y el estómago para toda la pasta y los helados que pensábamos comer.