
Una de las cosas imprescindibles que hacer en Granada es caminar por el romántico Paseo del Padre Manjón o de los Tristes, iniciando el recorrido desde Plaza Nueva y bordeando el pequeño río Darro a los pies de la Alhambra. Suele estar muy concurrido, os aconsejamos ir temprano para recorrerlo tranquilos y también hacerlo a última hora de la tarde para disfrutar del ambiente.
En esta entrada os dejamos el recorrido completo por este precioso paseo y os enseñamos nuestros lugares preferidos. Además, tenéis mucha más información para preparar el viaje en nuestra guía de Granada.
Desde Plaza Nueva por la Carrera del Darro
En Plaza Nueva destaca el Palacio de la Real Chancillería de Granada, un edificio establecido por los Reyes Católicos como órgano judicial que no ha sufrido transformaciones desde su construcción en el siglo XVI y que, a día de hoy, sigue teniendo el mismo cometido, siendo la sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

En frente, la sencilla Iglesia de Santa Ana, a los pies de la Torre de la Vela, marcando el inicio de la preciosa Carrera del Darro. Una calle adoquinada situada en la orilla izquierda del Río Darro y rodeada de preciosas casas y puentes de piedra que conectan el barrio muslim del Albaicín con los arrabales de la Churra y la Antequeruela, a los pies de la colina de la Sabika.

Actualmente sólo hay cuatro puentes de los 14 que lo cruzaban: Puente del Aljibillo (de los Labradores, del Rey Chico o de Ibn Rasiq), Puente de las Chirimías (ambos de origen musulmán) y el Puente de Espinosa y Puente de Cabrera (siglo XVI) de origen cristiano.

También encontraréis los restos del Puente del Cadí, en realidad la antigua Puerta de los Tableros, límite de la ciudad en la época zirí.

Si seguimos caminando, podemos visitar dos de los monumentos andalusíes, el Bañuelo y la Casa de Zafra. Frente a la Parroquia de San Pedro y San Pablo se encuentra la Casa de Castril, con una preciosa fachada plateresca (actual Museo Arqueológico y Etnológico de Granada).

Paseo de los Tristes
Al final de la Carrera del Darro, llegamos al Paseo del Padre Manjón o de los Tristes (llamado así porque por él pasaban los cortejos fúnebres en su camino al cementerio). Aquí la calle se ensancha en una plaza repleta de terrazas muy animadas, situada literalmente a los pies de la Alhambra. Llama la atención un edificio que parece una casa de muñecas o una maleta (fijaos en el asa de su tejado), el Hotel Bosques de la Alhambra o Reúma.
El Hotel Bosques de la Alhambra se construyó a principios del siglo XX, y se accede a él a través del puente de las Chirimías. No funcionó más de dos años porque las condiciones de humedad y frío no permitían pernoctar cómodamente (de ahí el sobrenombre de Hotel Reúma). Cuentan las leyendas que también se empleó como hospital para enfermos reumáticos, los cuales enfermaban mucho más hasta morir.

En la Calle Horno del Oro, podéis visitar una casa morisca muy bien conservada (otro de los monumentos andalusíes). Al final del paseo, a la izquierda, tenemos la Cuesta del Chapiz, con el renacentista Palacio de los Cordova (sede del Archivo Histórico Municipal), el Carmen de la Victoria y la Casa del Chapiz. A la derecha, cruzando el Puente del Aljibillo, se accede al Camino a la Fuente del Avellano y a la Cuesta de los Chinos que lleva hasta la Alhambra.
Podéis aprovechar para tomaros unas tapas en Los Diamantes, Los Manueles o las Bodegas Castañeda, comer en Negro Carbón, tomar un té con buenas vistas en la Tetería del Bañuelo y relajaros con un baño en el Hammam Al-Andalus.
