Teníamos muchas ganas de conocer Marruecos, y para nuestro primer viaje elegimos Fez, una decisión muy acertada porque esta ciudad sigue manteniendo su autenticidad, sin que la huella del turismo masivo haya transformado las tiendas y negocios tradicionales. Nada más pisar las callejuelas de la antigua medina amurallada, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981, os sentiréis en otro mundo, os arrastrará el trasiego de vecinos que vienen a comprar a los zocos, os sorprenderéis con el trabajo de los artesanos que siguen utilizando los métodos que han pasado de generación en generación; también descubriréis el legado cultural y religioso que albergan sus mezquitas, sus madrazas o escuelas coránicas y su universidad, la más antigua en funcionamiento; y además, degustaréis los sabrosos platos de su famosa gastronomía.
En esta entrada os dejamos nuestra lista de los imprescindibles que ver y hacer en una escapada a Fez de 4 días (al final de la entrada tenéis también un mapa de localización).
También podéis consultar la guía de Fez para preparar vuestro viaje.
1· Perderse por la medina Fes el-Bali

Fes El-Bali, la vieja medina de Fez, es la zona más antigua de la ciudad amurallada fundada en el S.VIII. Con más de 9000 callejuelas, es una de las zonas peatonales más grandes y bulliciosas del mundo, declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1981. Caminar por este entramado laberíntico os transportará a otra época, mientras disfrutáis de los quehaceres diarios de sus vecinos y recorréis la infinidad de tiendas y zocos donde se vende de todo.
La mayoría están agrupados por gremios de artesanos, cada uno especializado en un producto o materia, desde especias o productos medicinales hasta telas, objetos de cobre, cuero o madera. En muchos de ellos veréis además a los artesanos trabajando: caldereros, carpinteros, curtidores, orfebres, tejedores… Un espectáculo para los sentidos.
La medina está dividida en más de 300 barrios, y aunque actualmente ya no se cumple la norma, cada uno tenía su propia mezquita, su escuela coránica, su horno, su fuente y su hammam. Aún veréis muchos hornos de leña tradicionales donde preparan el pan del día y muchas fuentes decoradas con azulejos donde los vecinos se reúnen y recogen agua en cubos y recipientes.
Fijáos que los edificios de la medina por fuera parecen ser simples casas de adobe, sin ventanas y muy rudimentarias, pero por dentro podréis encontrar verdaderas maravillas, con preciosos patios centrales de estilo andalusí, decorados con mosaicos, yesería y artesonados de madera de cedro. Esto se debe a que los musulmanes no pueden presumir de riqueza de puertas para afuera. Lo comprobaréis en muchos riads y restaurantes.
También podréis entrar a las antiguas fondas de mercaderes o fondouk, ahora ocupadas por tiendas y talleres que se disponen alrededor de un patio central; como la Fondouk Kaat Smen (especializada en mantequillas) y la Fondouk Tazi (cuero, cerámica y timbales).
Además, la mayoría de los puntos de interés que os contamos más abajo se encuentran dentro de ella.
Si no sois muy atrevidos podéis contratar online una visita guiada o directamente en vuestro hotel para no perderos y ver lo más importante, aunque lo mejor es caminar sin rumbo por las callejuelas y zocos descubriendo todos los rincones, sin perder la referencia de las calles principales, sobre todo Talaa Kebira (la Gran Cuesta) y Talaa Sghira (la Pequeña Cuesta). Tenéis mucha más información y consejos para recorrer la medina en la entrada cómo moverse en Fez.
2· Atravesar Bab Boujloud

La antigua medina de Fez está rodeada por un complejo fortificado de murallas que alcanza los 15 kilómetros. Bab Bou Jeloud o Boujloud (la Puerta Azul), una de las puertas de acceso más bonitas, es la entrada principal a la medina por el noroeste. Tiene un diseño con tres arcos y está decorada con azulejos azules por el lado exterior (el color de la ciudad de Fez, obtenido del cobalto) y azulejos verdes por el interior (el color del islam). Desde aquí parten las famosas calles Talaa Kebira y Talaa Sghira donde se concentran muchos zocos y fondouk de la ciudad.
Hay una docena de puertas de acceso más: Bab Guissa, Bab R’cif, Bab Ziat, Bab el-Hadid, Bab Ftouh, Bab Mahrouk, Bab Chorfa, Bab Chems…
Los alrededores de Bab Boujloud son una buena zona para alojarse, hay mucho ambiente, muchos restaurantes y cajeros automáticos (os contamos más en la entrada dónde dormir en Fez).
3· Visitar la madraza Bou Inania
En Talaa Kebira, muy cerca de Bab Boujloud, encontraréis la Madraza Bou Inania, una de las escuelas coránicas que permiten la entrada a no musulmanes. Constituye el mejor ejemplo de arquitectura meriní, siendo la única madraza de Fez que tiene una torre-minarete, con un tejado de azulejos verdes. Las paredes están cubiertas de zócalos con azulejos, paneles de yeso con mocárabes y madera de cedro tallada (decorados con motivos geométricos, florales y versículos del Corán, sin iconografía ni figuras humanas, siguiendo el estilo decorativo de la dinastía nazarí de la Alhambra de Granada). En el gran patio destaca la fuente central, que sigue en funcionamiento para el ritual de abluciones. Y en las plantas superiores se encontraban las habitaciones de los estudiantes (que actualmente no pueden visitarse).

Madraza Bou Inania
- Horario: todos los días de 9:00 a 18:00.
- Precio: 20 dirhams.
- Dirección: 3268+VW6, Rue Talaa Sghira, Fès, Marruecos.
Frente a la Madraza, veréis la fachada de Dar al-Mangana, «Casa del Reloj», con 12 ventanas y 13 vigas de madera debajo que antiguamente sostenían cuencos de bronce. En el interior de la casa hay un reloj de agua que mediante un sistema hidráulico iba abriendo las ventanas de las que se liberaban unas bolas de metal que hacían ruido al caer en los cuencos para marcar las horas.

4· Asomarse al Mausoleo de Moulay Idriss

El Mausoleo o Zaouia de Moulay Idriss es un lugar sagrado donde miles de musulmanes veneran cada año al que fuera rey de Marruecos entre los años 807 y 828, Moulay Idriss II, patrón de la ciudad de Fez. Aunque solo tienen acceso los musulmanes que van a pedir la bendición del patrón, podréis asomaros desde fuera para ver el interior. Desde muchos puntos de la ciudad se puede ver su tejado piramidal de color verde.
El mausoleo forma parte de un conjunto arquitectónico llamado al-haram (lo prohibido) cuyas calles de alrededor están cortadas por vallas de madera que delimitan el «distrito sagrado», donde los musulmanes podían encontrar refugio.
Las vallas en las calles de alrededor solo prohíben la entrada a burros, pero hay sitios donde dan información equivocada incluyendo judíos y cristianos a dicha prohibición.

5· Admirar la bonita Medersa Al-Attarine

La Medersa o Madraza Al-Attarine es para nosotros la escuela coránica de Fez más bonita, elegante y mejor conservada. El patio tiene una fuente de mármol, las paredes están decoradas con mosaicos y estuco labrado, y al final del patio destaca la cúpula de madera de cedro que cubre la sala de oración, donde se puede admirar el mihrab (donde el imán reza, siempre orientado hacia la Meca, salvo en la mezquita de Córdoba).
Se puede subir a las plantas superiores para visitar las habitaciones donde vivían los estudiantes, desde las ventanas tendréis vistas de la medina, y de los tejados verdes de la universidad de Qarawiyyin y el mausoleo de Moulay Idriss.

Junto a ella está el zoco Attarine o de las especias (de donde proviene su nombre). Cerca de Attarine, el zoco de la Joutia, el mercado de la sal y el pescado; y al norte del zoco de Attarine, el zoco Ech Chabine o Al Achabine, donde se venden plantas medicinales.
Madraza Al-Attarine
- Horario: todos los días de 8:00 a 18:00.
- Precio: 20 dirhams.
- Dirección: 328G+2GJ, Rue Talaa Kebira, Fes, Marruecos.
6· Universidad y mezquita de Qarawiyyin
La Universidad y Mezquita de Qarawiyyin o Al Karaouine, alberga la universidad en funcionamiento más antigua del mundo fundada en el año 859 por una mujer, Fátima al-Fihri. Aquí se formaron sabios de la talla de Averroes y por ella pasan actualmente miles de alumnos para estudiar árabe y la religión islámica. Su biblioteca conserva más de 30.000 obras y manuscritos (en 1613 llegó a superar las 320.000). Debido al crecimiento de la medina y la construcción de viviendas alrededor, no se aprecia la magnitud del edificio.
Sólo está permitido el acceso a musulmanes, pero desde la puerta principal y otras puertas accesorias podréis admirar el precioso patio con suelo de azulejos, paredes blancas repletas de arcos y sus inconfundibles tejados de color verde.

7· Ver trabajar a los caldereros en Seffarine

Junto a la Biblioteca de Qarawiyyin se encuentra la Plaza Seffarine, un lugar en el centro de la medina donde se conserva el oficio tradicional de los caldereros que trabajan el cobre rojo de manera artesanal elaborando preciosas piezas de cobre rojo, como ollas, sartenes, teteras, tazas o bandejas. Sabréis que estáis llegando a ella porque escucharéis el característico repicar de los martillos golpeando sobre el metal.
Muy cerca de la Plaza Seffarine podréis degustar uno de los mejores tés de la ciudad, en la pequeña tetería de Ba Adlullah, conocido por todos. Abdullah os recibirá con una sonrisa y un té elaborado con tres tipos de menta, absenta, verbena, hojas de geranio, salvia y hierbaluisa, infusionado en dos tiempos y con mucho azúcar si lo pedís dulce.

8· Madraza Cherratine

La Madraza Cherratine fue construida en 1670 y su estilo es más funcional menos ornamentado que las otras escuelas coránicas de la ciudad, pero no por ello menos impresionante. El diseño es similar al del resto de madrazas, con un patio con fuente central y las habitaciones de los estudiantes distribuidas en las plantas superiores (también visitables), pero con una capacidad para más de 200 alumnos, mayor que las demás.
El nombre Cherratine (esh-Sherātīn significa «fabricantes de cuerdas») hace referencia a la presencia de un mercado cercano donde se establecieron los artesanos que elaboraban las cuerdas.
Medersa Cherratine
- Horario: todos los días de 10:00 a 17:00.
- Precio: 20 dirhams.
- Dirección: Ras Cherratàne, 327G+HFJ, Fes, Marruecos
9· Visitar la curtiduría Chouwara
La curtiduría Chouwara es la más grande y sorprendente de la ciudad de Fez. Desde las terrazas superiores de las tiendas de alrededor podréis observar el duro trabajo de curtir las pieles de manera artesanal. Los curtidores trabajan sin descanso en un impresionante espectáculo de colores aportados por los tintes naturales que llenan las decenas de cubas. También sentiréis el olor tan característico y desagradable que se desprende de su trabajo (peor cuanto más sol y calor hace).
El proceso comienza introduciendo las pieles (de cordero, vaca o camello) en cal y excrementos de paloma (de ahí el olor nauseabundo), después se limpian retirando los restos de pelo y grasa; se introducen en las cubas para cutirlas y darles color (azafrán para el amarillo, henna para el marrón, índigo para el azul, cochinilla para el rojo…) y, por último, se dejan secar en los muros y azoteas de alrededor.
Los gremios de los artesanos del cuero trabajan asociados como una cooperativa, vendiendo los artículos fabricados en las tiendas de los alrededores de la curtiduría. Es en estas mismas tiendas donde os darán un ramillete de menta para enmascarar el olor. La entrada es gratuita y no obligan a comprar; si queréis podéis dejar una propina.
Otras curtidurías más pequeñas son Sidi Moussa, la más antigua situada muy cerca de Nejjarine; y Tannerie El Arassa al norte. Las visitas son también gratuitas y hay carteles indicativos en los accesos a las terrazas de las tiendas.


10· Zoco y museo de la madera de Nejjarine

En el Zoco Nejjarine se concentran los maestros artesanos en carpintería, muy cerca del Museo Nejjarine de Arte y Artesanía de la Madera, ubicado en una antigua posada (fondouk) para mercaderes del S.XVIII declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El edificio tiene tras plantas situadas alrededor de un atrio central, con preciosas paredes de yesería y madera tallada.
Las exposiciones muestran herramientas, instrumentos musicales, muebles y otros objetos realizados en madera. Junto a la entrada del museo encontraréis una bonita fuente decorada con azulejos y piedra tallada.
Museo Nejjarine de Arte y Artesanía
- Horario: abierto todos los días de 10:00 a 17:00.
- Precio: 20 dirhams.
- Dirección: Place Nejjarine, 327F+WJ5, Fes, Marruecos.
11· Zoco de la henna

Otro de los muchos mercados curiosos que hay en la medina es el zoco de la henna, al final de la calle Talaa Kebira, un mercado de artículos cosméticos y productos farmacéuticos tradicionales (sobre todo henna). Las tiendas se encuentran en los soportales de una pequeña plaza donde crecen dos enormes plataneros y se puede acceder a ella a través de dos puertas.
Antiguamente aquí se ubicaba el hospital multidisciplinar Maristane Sidi Mej (que estuvo en funcionamiento hasta 1944) y éste probablemente sirvió de modelo para el diseño y creación del primer hospital psiquiátrico del mundo occidental, el Hospital de los Pobres Inocentes fundado por el Padre Jofré en Valencia en 1410 (actual sede de la Biblioteca Pública).
12· Mezquita de los Andaluces
La Mezquita de los Andaluces destaca por su minarete abovedado de color blanco y su gran puerta decorada con tejadillo de madera, a la que se accede por una gran escalinata. Fue construida entre los años 859 y 860 en el corazón del llamado Barrio Andaluz o Andalusí. Este barrio de la medina Fes el-Bali, considerado el precursor de la ciudad, fue creado a finales de S.IX por emigrantes musulmanes del sur de España que fueron expulsados de Al-Ándalus tras la revuelta del Arrabal de Saqunda en Córdoba. Fueron miles las familias que se asentaron al este del río en la recién fundada ciudad de Fez, llevando consigo sus costumbres y su cultura. A día de hoy aún se pueden encontrar por sus callejuelas algunas huellas de ese legado andalusí.

13· Museo de Dar Batha

El Museo Dar Batha es un museo etnográfico ubicado en un antiguo palacio del siglo XIX, construido por el sultán Hassan I como residencia de verano. El edificio tiene un marcado estilo andalusí con un precioso jardín donde podréis relajaros paseando entre fuentes y naranjos. En sus salas se muestran alfombras bereberes, joyas, instrumentos musicales, tallas de madera, bordados tradicionales y objetos de cerámica, pintados con el típico color azul de Fez obtenido del cobalto (podéis aprender más sobre la cerámica de la ciudad visitando las alfarerías de Fez).
Museo Dar Batha
- Horario: abierto todos los días de 10:00 a 17:00 (cerrado por obras a fecha de enero de 2023).
- Precio: 20 dirhams.
- Dirección: Oued Fejjaline، 5 Ave du Batha, Fes, Marruecos
14· Vida cotidiana en Place R'Cif

En la bulliciosa Place R’cif observaréis la vida cotidiana de los vecinos que entran y salen de la medina, esperando para coger microbuses y petit taxis, niños jugando con la pelota en las plazas y comiendo chucherías de los quioscos y puestos callejeros, hombres sentados en las terrazas jugando a las cartas, burros cargados con las mercancías que luego repartirán en la medina…
En uno de los laterales, destaca la silueta del gran minarete de la mezquita de R’Cif.
Es una buena zona para alojarse, hay muchos restaurantes, riads y varios cajeros automáticos (os dejamos más información en la entrada dónde dormir en Fez).
Si queréis comer bien y con buenas vistas a la plaza y la mezquita, pedid una mesa en la terraza del Riad Fes Bab R’Cif.
15· - Recorrer la Mellah, el barrio judío de Fez
Dentro de la medina nueva Fes el-Jdid (también Patrimonio de la Humanidad) y junto al Palacio Real, se encuentra la Mellah, el barrio judío de Fez. Desde la puerta Bab El-Magana podéis hacer un recorrido por la calle principal Rue Mellah, y asomaros por sus estrechas callejuelas. Fijáos que aquí los edificios tienen grandes balconadas al exterior, al contrario que las construcciones musulmanas típicas que veréis en Fes-el-Bali, donde las fachadas son sobrias, casi sin ventanas ni decoraciones, ya que las habitaciones se disponen alrededor de un patio central.
Llama la atención la gran cantidad de joyerías, huella que dejaron los judíos, que tenían el monopolio del comercio con metales preciosos.
Frente a la Mellah, está la preciosa Bab Semmarine, la puerta de acceso por el sur a Fes el-Jdid, y junto a ella se monta un gran mercado de frutas, verduras, carnes y pescados donde podéis ver a los vecinos comprando en su día a día.

16· Visitar las dos sinagogas

Antes de iros de la Mellah podéis visitar dos templos religiosos: la Sinagoga Al-Fassiyine y la Sinagoga Ibn Danan, ambas gestionadas por una familia, con un precio conjunto de 25 dírhams. Las dos están bastante escondidas y se accede a ellas por puertas indistinguibles al del resto de casas, aunque es fácil localizarlas por las señales marcadas (y por el guardia de la puerta).
La Sinagoga Al-Fassiyine es más pequeña pero mucho más bonita y ornamentada, mientras que la Sinagoga Ibn Danan cuenta con una Torá del siglo XVII escrita sobre piel de gacela y se puede acceder tanto al sótano, donde encontraréis el mikvah o baño ritual judío, como a la azotea, con vistas al barrio y al antiguo cementerio judío.
17· Admirar las puertas del Palacio Real

El Palacio Real o Dar al-Makhzen, uno de los más grandes de Marruecos, se construyó fuera de la antigua ciudadela amurallada (Fes el-Bali) en el S.XIII y junto a él se creó una nueva medina, Fes el-Jdid, para cubrir sus necesidades. Como ocurre con muchas mezquitas y edificios musulmanes, la entrada no está permitida y debemos conformarnos con admirar las puertas de entrada.
Al final de en un gran bulevar con palmeras a los lados, encontraréis siete puertas de bronce que representan los siete días de la semana y los siete niveles de la monarquía, rodeadas de un mosaico de pequeños azulejos verdes y azules. Podéis combinar la visita con el barrio judío.
18· Descansar en los Jardines Jnan Sbil
Entre las dos caóticas medinas Fes el-Bali y Fes el-Jdid están los Jardines Jnan Sbil, un remanso de paz donde crecen más de 3000 especies vegetales diferentes. Como en todos los jardines de origen andalusí, el agua juega un papel muy importante y las fuentes, canales y estanques ayudan a relajarse del bullicio de los zocos, paseando por los cuidados caminos entre palmeras, álamos y bosques de bambú, o descansando en alguno de los bancos a la sombra de los grandes árboles. También podéis tomaros un té de menta en el Café La Noria o comer en la cercana terraza del restaurante Mezzanine.
Los jardines se crearon en el S.XIX y pertenecieron a los terrenos del Palacio Real hasta 1917, momento en que se abrieron al público. Después de unos años de olvido y abandono, se replantaron, renovaron y volvieron a abrir en 2011. La entrada es libre y el horario de apertura es de martes a domingo de 9:00 a 20:00 (lunes cerrado).


19· Ver atardecer sobre la medina

Si os gusta ver atardecer sobre las ciudades o simplemente tener buenas vistas, en Fez hay varios puntos elevados donde poder disfrutar de ambas cosas. El mejor está en las colinas del norte, donde se encuentran las ruinas de las Tumbas Meriníes y la Borj Nord, una construcción militar del S.XVI sede del Museo de las Armas (abre todos los días de 9:00 a 13:00 y de 14:00 a 17:00, y la entrada cuesta 10 dirhams). También tendréis vistas panorámicas desde la Borj Sud (otra fortaleza defensiva al sur de la ciudad) y desde la azotea de algún restaurante o riad (nosotros nos alojamos en el Riad Ibn Khaldoun y desde la terraza veíamos toda la medina).
En la colina que lleva a las Tumbas Meriníes desde la puerta Bab Guissa, os llamará la atención el cementerio del mismo nombre, con las típicas tumbas blancas.
20· Disfrutar de la gastronomía de Fez y del té de menta

La gastronomía de Fez sigue manteniendo la esencia más tradicional de la cocina de Marruecos. Cualquier restaurante, desde los más turísticos a los más locales, suelen ofrecer platos muy ricos y más o menos económicos, es difícil tener una mala experiencia. La mayor oferta de este tipo de locales la encontraréis en las medinas Fes el-Bali y Fes el-Jdid.
La sopa harira, el tajín, el cous cous, la ensalada marroquí, el kefta, el zaalouk y la pastilla (pastela) son algunos platos típicos irresistibles.
En la entrada qué comer en Fez (y dónde) os dejamos más información.
Bonus· Excursiones desde Fez
Desde Fez se pueden hacer excursiones de un día a:
- Meknes o Mequínez, ciudad imperial a unos 60 km de Fez, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1996 con una medina menos turística que Fez o Marrakech a la que se accede por la preciosa puerta Bab Mansour.
- Moulay Idriss, precioso pueblo encaramado en una colina que alberga el santuario del fundador de la dinastía idrisí considerado lugar santo de peregrinaje, situado a unos 65 km de Fez.
- Volubilis, el yacimiento romano mejor conservado del norte de África, también Patrimonio de la Humanidad desde 1997, localizado a unos 4 km de Moulay Idriss. Los tres anteriores pueden visitarse el mismo día.
- Chefchaouen, la llamada «Perla Azul» de Marruecos, cuyas casas y callejuelas de la medina están encaladas de color añil. Para nosotros demasiado explotada y sólo compensa si os pilla de paso o estáis en Tetuán o Tánger (hay casi 4 horas de coche desde Fez). Os contamos nuestra excursión a Chaouen en Fez día 3.
