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Como ya sabéis, Tanzania nos ha robado el corazón, es un destino al que volveríamos una y otra vez. Teníamos muchas inquietudes y miedos, pero fue un viaje redondo en todos los sentidos. Es un país que tiene de todo, una naturaleza salvaje bestial y una riqueza cultural impresionante. Pudimos disfrutar de unos increíbles días de safari recorriendo sus parques nacionales, donde tuvimos mucha suerte y vimos a los cinco grandes (león, elefante, leopardo, búfalo cafre y rinoceronte negro) junto a un sinfín más de animales, algunos a pocos metros de nuestro coche; descubrimos culturas y tribus milenarias que nos transportaron a otra época y nos enseñaron una forma diferente de ver la vida, y convivimos con el pueblo tanzano, que siempre nos recibía con una sonrisa, sin necesitar grandes lujos para ser feliz. Asante sana.

En esta entrada os dejamos nuestra lista de los imprescindibles que ver y hacer en un safari por Tanzania (al final de la entrada tenéis también un mapa de localización).

También podéis consultar la guía de Tanzania para preparar vuestro viaje.

1· Paseo en tuk-tuk por las plataneras de Arusha

Tuk-tuk entre plataneras

El primer día de viaje, si aterrizáis en Kilimanjaro, podéis hacer un recorrido en tuk-tuk a las afueras de la ciudad de Arusha, junto al monte Meru.

Aunque puede parecer una turistada (que lo es), estas motocicletas de tres ruedas son muy utilizadas por los locales para ir de un sitio a otro (igual que en Tailandia y el resto del Sudeste asiático).

Podréis disfrutar de esta experiencia divertida, pasando por mercados locales y grandes plantaciones de plataneras, y si vais en grupo, los conductores se pican entre ellos para ver quien llega antes.

2· Recorrer el sendero circular del Lago Duluti

Colobo oriental negro y blanco

El lago Duluti es un lago de origen volcánico situado a unos 14 kilómetros de la ciudad de Arusha. Lo ideal es hacer una caminata por el sendero que lo rodea de la mano de algún guía oficial que os irá explicando curiosidades de la vegetación y de la fauna que iréis encontrando.

Durante el recorrido tendréis buenas vistas del Monte Kilimanjaro y del Monte Meru si el día está despejado. Si tenéis suerte también podréis ver a los grandes varanos (parecidos a los que vimos en nuestro viaje a Bangkok) y a los escurridizos colobos orientales negros y blancos en las copas de los árboles.

Lago Duluti

3· Disfrutar de los elefantes y los baobabs en el Parque Nacional de Tarangire

El Parque Nacional del Tarangire recibe su nombre del río que lo atraviesa, el Tarangire. Tiene una extensión de 2850 kilómetros cuadrados, y en sus colinas y bosques ondulantes encontraréis la mayor concentración de baobabs milenarios y la mayor población de elefantes del norte de Tanzania. Las manadas de elefantes van recorriendo el parque de un lado a otro y si os cruzáis en su camino, os podéis ver envueltos en mitad de ellos, una experiencia impresionante.

También habitan en el parque cebras, ñus, jirafas, búfalos, gacelas, facoqueros, leones, leopardos y un sinfín de aves.

Nosotros empezamos el safari por él, y nos parece un buen punto de inicio para tener una primera toma de contacto de lo que viene después. Un día es suficiente para recorrerlo entero.

Elefantes bajo un baobab en el Tarangire
Elefantes rascándose en un baobab en Tarangire National Park

Las concentraciones más altas de la mosca tsé-tsé se dan en el Parque Nacional de Tarangire (y en el Serengeti occidental), ya que esta mosca busca zonas boscosas y de matorral espeso. Están activas durante el día y debéis evitar los colores negro y azul oscuro porque las atraen (veréis en muchas zonas del parque trozos de tela con estos colores para que acudan a ellas y se alejen de las personas).

En la zona de merenderos debéis tener mucho cuidado con los cercopitecos verdes, los llaman monos ladrones y son bastante agresivos.

4· Aprender a cocinar con una mama tanzana

Cocinando con mama Daiamont en Mto Wa Mbu

Siempre que podemos, buscamos un curso de cocina local allá donde viajamos, y Tanzania no podía ser una excepción. En principio no estaba previsto, pero hablando con nuestro guía pudimos pasar una mañana cocinando con Mama Daiamont (mama es como llaman a las mujeres que cocinan en la casa). Nos enseñó a preparar platos típicos en su modesta cocina y luego pudimos degustarlos (tenéis más información sobre la gastronomía en Qué comer en Tanzania).

Nos encantan estas experiencias gastronómicas, y si es de la mano de gente tan amable como la tanzana, aun más.

Vida rural en Mto Wa Mbu

La cocina de Mama Daiamont estaba en el bonito pueblo de Mto Wa Mbu, donde además de la comida, pudimos hacer una excursión en bicicleta con un guía (otra actividad muy recomendada). Recorrimos plantaciones de plataneras y arrozales, visitamos talleres de ebanistas de la tribu Makonde, probamos la cerveza de plátano y aprendimos cómo se fabrica, y acabamos la ruta de compras en un mercado local auténtico.

Camino entre plataneras en Mto Wa Mbu
Mercado de Mto Wa Mbu

5· Visitar una tribu Masai

Mujer masai yendo a por agua

Otra de las experiencias que no podéis dejar de hacer es visitar una tribu Masai (puede parecer algo turístico y que atenta a su intimidad, pero conocer otros modos de vida es muy enriquecedor). Los Masai son un pueblo seminómada que se dedica al pastoreo de vacas y cabras (esa es la base de su economía). Viven en pequeños asentamientos circulares o bomas con casas hechas de estiércol de vaca, paja y ramas, repartidos por el sur de Kenia y el norte de Tanzania. Los veréis por todos lados durante vuestra ruta, dirigiendo sus rebaños por el campo y ataviados con sus típicas mantas rojas y/o lilas y sus palos.

Os enseñarán encantados su poblado y os explicarán su forma de vida y sus costumbres (algunas impactantes). También os harán partícipes de sus celebraciones con una demostración de las danzas rituales que realizan cuando hay eventos importantes.

Historia de los Masai

La tribu de los Masai vivía en las llanuras del Serengeti, primero eran cazadores-depredadores, pero posteriormente se dedicaron a la ganadería. Fueron expulsados del Serengeti cuando se delimitaron los límites del Parque Nacional y trasladados a los alrededores del área de conservación del Ngorongoro donde residen actualmente.

6· Ir en busca de animales salvajes en el Serengeti

Declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1981, es el parque más representativo de lo que todos tenemos en mente al pensar en un safari por Tanzania y, según muchos, el mejor lugar de África para ver animales salvajes.

En lengua Masai, Serengeti significa «llanuras sin fin«, y así es, más de 14.000 kilómetros cuadrados de sabana africana en la que conviven en perfecto equilibrio cientos de miles de ñus, cebras, impalas y gacelas, junto con jirafas, hipopótamos, leones, guepardos, leopardos, hienas, elefantes, facoqueros, chacales, cocodrilos…

Todo un espectáculo que lo convierte en nuestro parque preferido. Os recomendamos 2 ó 3 días completos de safari para disfrutarlo al máximo.

León tumbado en la hierba en el Serengeti
Charca llena de hipopótamos en el Serengeti

7· Dormir bajo el cielo estrellado del Serengeti

Zawadi Serengeti Camp al amanecer

Como ya hemos dicho, el Parque Nacional del Serengeti es nuestro preferido, nos hubiéramos quedado muchos más días en él disfrutando de su vida salvaje. Lo ideal para ello es alojarse en alguno de los lodges que se encuentra dentro del espacio protegido. La experiencia de dormir bajo el cielo estrellado en plena sabana y rodeado de animales en libertad es indescriptible.

Nosotros nos alojamos en el Zawadi Serengeti Camp, todo un acierto. Las tiendas de campaña son muy confortables, con una cama grande y cómoda, baño completo privado, un porche con hamacas para ver atardecer, etc.

8· Disfrutar del espectáculo de la Gran Migración

Gran migración desde Naabi Hil

La gran migración de ñus, cebras y gacelas comienza cuando los animales se desplazan en masa de mayo a junio desde las llanuras del sur del Serengeti en Tanzania hacia el Masai Mara en Kenia, al norte, en busca de pastos verdes.

Entre julio y agosto se produce el paso de cientos de miles de ñus por el río Mara en la frontera con Kenia; y desde octubre a noviembre vuelven a desplazarse hacia el sur a la espera de las ansiadas lluvias.

De noviembre a mayo se puede disfrutar de la imagen de las manadas infinitas en las llanuras sin fin del Serengeti. Además, en enero y febrero paren las hembras y es más fácil ver depredadores al acecho.

9· Recorrer el cráter del Ngorongoro en busca de rinocerontes

El cráter del Ngorongoro y toda la selva que lo rodea ocupan más de 8.000 kilómetros cuadrados y también son Patrimonio de la Humanidad, albergando la mayor diversidad de fauna del mundo. En su caldera, la mayor del planeta con 260 kilómetros cuadrados y 20 kilómetros de diámetro, viven casi todas las especies de mamíferos del país y es un buen sitio para avistar al amenazado rinoceronte negro.

Recorriendo sus caminos puede parecer que estemos en un zoo (o en la película «Jurassic Park«), pero no, todos esos animales que se ven están en libertad: cebras, ñus, búfalos, antílopes, leones, hipopótamos, hienas. Se puede visitar en un día sin prisas.

Mirador del cráter

Tras recorrer unos 6 kilómetros desde la puerta de entrada del parque por una carretera de tierra serpenteante y rodeados de selva, no olvidéis parar en este mirador. Con unas vistas panorámicas impresionantes de toda la caldera, os haréis una idea de lo que os espera abajo.

Vistas del cráter del Ngorongoro
Rinoceronte negro en el Ngorongoro

10· Cazar con los Hadzabe en el lago Eyasi

Reunión matinal de los Hadzabe para preparar la partida de caza

Abrid la mente, dejad vuestros prejuicios en casa y disfrutad de la visita a los hadzabe. Este pueblo pertenece a los bosquimanos, «hombres del bosque» (desplazados por los bantúes y diezmados por los colonos). Son tribus nómadas que viven en chozas en los alrededores del Lago Eyasi, un lago alcalino de 50 km, rodeado de grandes baobabs. Los hombres se dedican a la caza y las mujeres a la recolección de frutas y raíces, y hablan un idioma típico con chasquidos.

Os mostrarán orgullosos su estilo de vida tradicional (que ha cambiado poco en miles de años), os enseñarán cómo encienden fuego, cómo fabrican sus flechas y os llevarán con ellos a cazar animales salvajes. Es como hacer un viaje en el tiempo y vivir en la prehistoria.

11· Conocer el modo de vida de los Datoga

Mujer datoga moliendo maiz

Este pueblo fue desplazado del Ngorongoro a los alrededores del Lago Eyasi tras un acuerdo de paz con los Masai, su tribu enemiga (quien los llamaba Mangati, «fiero enemigo»).

Los hombres se dedican sobre todo a la ganadería y la fabricación de objetos de metal: joyas, herramientas e instrumentos de caza (como las puntas de flecha que intercambian con los hazdabe) y podréis ayudarles en esta tarea. Mientras que las mujeres se dedican al cuidado de los niños, a cultivar maíz y a cocinar. También viven en poblados con casas de adobe y estiércol y durante las fiestas las mujeres hacen una típica bebida alcohólica con miel.

12· Recorrer la selva hasta la Cueva de los Elefantes

Cerca del pueblo de Karatu, dentro de la Zona de Conservación del Ngorongoro, se encuentra la Cueva de los Elefantes, un lugar muy curioso donde acuden estos animales en busca de sal y otros minerales necesarios para su dieta. Veréis las marcas que dejan con sus dientes de marfil en las rocas de las paredes.

Se puede hacer una ruta de senderismo de una hora y media que discurre por una zona de selva en la que puede haber fauna salvaje, como búfalos, elefantes y leopardos; por ese motivo solo se puede hacer acompañados de un guía de la zona y de un guarda armado con un rifle por si hay que ahuyentarlos.

Además de explicar los usos de distintas plantas que se ven por el camino, también os llevarán a unas cascadas localizadas en un entorno precioso en mitad de la selva.

Cueva de los Elefantes
Cascada en la selva del Ngorongoro

13· Visitar un cafetal en Karatu

Cafetal de Baba Safari en Karatu

El café de Tanzania, de variedad arábica, es uno de los mejores del mundo y veréis muchos cafetales durante el recorrido por el país, por eso una de las actividades que recomendamos es la de visitar un cafetal, como el de Baba Safari en Karatu (Philipo Coffee Farm). Aunque no os guste el café, es una maravilla ver cómo lo cultivan y sobre todo el mimo con el que lo tratan desde que lo recolectan hasta que lo tuestan siguiendo a día de hoy procedimientos muy tradicionales.

No dudéis en comprar unas cuantas bolsas para llevar como regalo a familiares y amigos cafeteros.

Sorprendentemente, los tanzanos no consumen este café porque prácticamente el 100% se exporta y deben conformarse con una preparación de café soluble instantáneo bastante mediocre llamada Africafe (que nos acompañó en todos los desayunos y meriendas del viaje).

Bonus

  • Subir al Monte Kilimanjaro. Si os gustan el senderismo y la escalada, el famoso ascenso al Monte Kilimanjaro (la montaña más alta del continente africano con 5.895 metros de altitud) es un plan perfecto.
  • Playas de Zanzíbar. Para descansar del trajín de los safaris y el turismo cultural podéis pasar unos días de relax en las playas paradisíacas de las islas de Zanzíbar, bañadas por el Océano Índico.
Vistas del Kilimanjaro desde la carretera al aeropuerto

Mapa de qué ver y hacer en Tanzania

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Somos Antonio y Rafa, y cómo a vosotros, nos encanta viajar. Nos hemos decidido a escribirlo aquí para tener ese recuerdo de forma accesible, y para poder facilitar nuestra información a los amigos que nos piden consejo. Esperamos que disfrutéis leyendo el blog como nosotros lo hacemos al escribirlo.

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