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Tanzania día 6

Parque Nacional del Serengeti · Cráter del Ngorongoro

18 de marzo de 2023

La segunda noche en el Serengeti fue más movida, ya teníamos una idea de qué era cada sonido que oíamos y cuando pasaron un par de leones al lado de nuestra tienda sentimos una mezcla de miedo y excitación que no nos dejó dormir en toda la noche. Se oyeron también chacales, unas hienas que encontraron la basura del campamento que estaba detrás de nuestra tienda y la desparramaron alrededor de ella, y un par de elefantes que estuvieron comiendo las hierbas que crecían en los laterales.

Al levantarnos y ver los mensajes del grupo de WhatsApp del viaje no podíamos parar de reírnos, todos habían pasado la noche en vela como nosotros y los mensajes a las tres de la madrugada sobre los leones eran desternillantes.

Durante el desayuno, solo las vistas del amanecer hicieron que cambiásemos de tema.

Amanecer en el Zawadi Camp Serengeti

Tocaba volver a cruzar el Serengeti para regresar al Ngorongoro, tardamos unas cinco horas en llegar al cráter. Al poco de salir del Zawadi Camp, Dani se acercó de nuevo a las rocas donde habíamos visto leones el primer día y volvimos a ver un león dormido sobre ellas, aunque estaba muy escondido.

En el trayecto vimos otra vez casi todos los animales del Serengeti y tuvimos la suerte de ver grandes manadas de ñus corriendo de un lado a otro del camino, cuando esto ocurre es fácil que no se pueda continuar hasta que pasa toda la manada y esto puede llegar a durar hasta una hora. A nosotros no nos costó tanto ya que hubo un hueco por el que Dani puedo atravesar, pero tras nosotros seguían pasando un sinfín de ejemplares desbocados.

Estampida de ñus en el Serengeti

La despedida del parque fue con una pareja de leones que estaba en época de apareamiento. Cuando un león y una leona se aparean, están juntos durante dos semanas aproximadamente, no comen, solo copulan cada quince o treinta minutos y el resto del tiempo suelen estar tumbados juntos bastante acaramelados.

Estuvimos un rato observándolos pero como teníamos que llegar pronto al cráter nos fuimos antes de verlos aparearse, aunque nos dio bastante pena no poder verlo.

Pareja de leones en celo en el Serengeti

El trayecto se nos hizo algo pesado, por eso pensamos que si alguna vez volvemos a Tanzania, que esperamos sea pronto, el Ngorongoro lo veremos de camino al Serengeti y la vuelta la haremos en avioneta desde Seronera hasta Arusha. En esta ocasión no había sido posible por las fechas de los hoteles (os dejamos una entrada con toda la información sobre cómo organizar un safari por Tanzania).

Llegamos a la caldera del Ngorongoro a las doce del mediodía, era algo tarde pero a pesar de no ser la mejor hora para ver animales, es el mejor sitio donde verlos a esas horas ya que es una zona bastante despejada y de fácil acceso por lo que se ve con facilidad a casi cualquier ejemplar.

Nada más llegar abajo vimos un enorme hipopótamo que salía del agua, con un par de hienas descansando cerca. Una de las cosas que más nos sorprendió a nosotros fue ver esa tranquila indiferencia entre las distintas especies de animales cuando no hay riesgo de por medio.

Aprovechamos que estábamos parados para comer en el coche ya que las cajas de picnic las teníamos a mano y así no perder tiempo buscando una zona habilitada.

Hiena en el Ngorongoro

Estábamos a orillas del Lago Magari viendo los flamencos, cuando Dani decidió dirigirse al norte a ver si localizábamos algún rinoceronte negro, se estima que hay unos 28 ejemplares en el cráter en la actualidad.

Cerca de Mandusi Swamp, que estaba seco en esta época, vimos tres bultos a lo lejos. Con los prismáticos y el teleobjetivo de la cámara pudimos ver que eran rinocerontes tumbados, descansando tranquilamente. Hicimos algún vídeo y varias fotos en las que se consiguen ver los cuernos y las orejas del animal y como no parecían tener intención de moverse, decidimos seguir el recorrido. La gracia de una aventura es que nada está asegurado, en nuestro caso fue lo más cerca que tuvimos a los rinocerontes, lo que nos da una excusa perfecta para volver.

Rinoceronte negro en el Ngorongoro

Acercándonos más a la ladera norte, casi llegando a una pequeña meseta, vimos tres leones, de diferentes edades, descansando. Era mediodía y a esas horas los animales no están muy activos, pero eso nos permitió verlos de cerca.

Uno de ellos se desplazó justo a la sombra de nuestro coche mientras lo fotografiábamos y fue uno de los momentos más emocionantes del viaje, lo teníamos a menos de medio metro, si hubiésemos alargado el brazo lo hubiésemos tocado, obviamente no lo hicimos.

El primero que vimos era un enorme macho con una melena frondosa y chulísima. Los otros parecían más jóvenes. Lo gracioso es que un par de crias de gacela de Thompson pastaban muy cerca manteniendo la vista sobre los leones pero pareciendo desafiar el momento, nuestra lógica nos diría que habrían salido huyendo pero el equilibrio natural marca otros ritmos.

León junto al coche en el Ngorongoro
León en el Ngorongoro

Volvimos hacia la zona sur y nos desviamos al este a la altura del lago para hacer una parada en la zona de picnic junto al cementerio de elefantes. Los elefantes macho en Tanzania recorren cientos de kilometros para pasar los últimos 15 años de su vida, aproximadamente, en el cráter del Ngorongoro, siendo su área predilecta del cráter esta zona de humedales junto a una charca. Allí hay una zona preparada para picnic con baños y un par de puestos de café y comida.

Nos bajamos del coche para estirar las piernas y tomamos el primer café espresso del viaje, a un precio bastante elevado para ser el país, pero hacer la pijada de un café espresso con un helado en medio de un cráter lleno de animales salvajes tiene su precio. Fue un rato muy divertido, nos hicimos fotos con unos cráneos de búfalo que había por la zona, y otras a orillas de la charca.

Foto en grupo junto al cementerio de elefantes del Ngorongoro

La vuelta la hicimos por la parte sur, un camino que lleva directo a la carretera de salida del cráter. Una zona con más vegetación donde se empieza a intuir la frondosidad de la selva que cubre las laderas del cráter y en la que sobretodo vimos elefantes, algunos machos solitarios y varias manadas. La luz empezaba a ser más bonita sin ser el atardecer y disfrutamos mucho del ascenso viendo alejarse el fondo del volcán.

Fue una visita increíble, no es para menos ya que es el área que alberga mayor diversidad de fauna del mundo. Es un pequeño mundo encerrado en esa depresión de 260 kilómetros cuadrados, la mayor caldera volcánica del planeta. Son muchos hitos, como para no visitarlo (uno de los imprescindibles que ver en Tanzania).

Tardamos una hora en llegar al Karatu Safari Camp Lodge, un hotel con muchísimo encanto. Las habitaciones eran bastante austeras, pero grandes y con todo lo necesario, tenía una gran zona común con sofás, una zona exterior con sillas y un comedor junto a la recepción con servicio de café permanente.

Familia de elefantes en el Ngorongoro
Vistas del cráter del Ngorongoro en la carretera de salida

Después de ducharnos, cambiarnos y sacar las mochilas (íbamos a estar dos noches por lo que podíamos dejar las cosas con comodidad) nos fuimos reuniendo todos en la terraza para tomar una cerveza bien fría y un poco de embutido del alijo que llevaba Nicolás. Los chicos fueron muy amables y nos dejaron sacar dos sofás a la terraza para estar mas cómodos y nos trajeron unas cervezas heladas, literalmente.

Estuvimos un par de horas charlando del día mientras tomábamos nuestro aperitivo hasta que nos llamaron para la cena. Sirvieron un bufet con sopa de calabaza, deliciosa, ensalada de verduras frescas con aguacate, chapatis, arroz blanco, guiso de verduras, guiso de carne y alubias. Cada uno se sirvió lo que más le apeteció, todo estaba muy bueno. Para acabar, sacaron bandejas con fruta recién cortada. Las cervezas siguieron saliendo tan frías como las primeras, cosa que agradecimos enormemente.

Con una sensación de paz y disfrute increíbles, nos fuimos a dormir,. Al día siguiente no habría desayuno en el hotel ya que saldríamos de madrugada.

Karatu Safari Camp Lodge

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