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Toscana día 2

Mirador de la Torre de Pisa · Oltrarno · Llegada a Florencia

27 de mayo de 2017

Nos levantamos a las 7:00 para llegar pronto a la taquilla de la torre, queríamos subir a primera hora para evitar las excursiones turísticas.

El desayuno del hotel nos sorprendió gratamente, muy variado y en un salón muy agradable con vistas a un jardín trasero. Si has leído otros viajes nuestros, sabrás lo que nos gusta desayunar bien. Tomamos café con leche chocolate caliente, zumos de naranja sanguina, bollería, pan con tomate, embutido, quesos…

A las 8:30 ya estábamos haciendo fotos del Duomo y la torre, no había casi gente, justo lo que nosotros queríamos. Incluso madrugando, sólo pudimos comprar entradas para las 9:15, en el segundo turno (podéis comprar las entradas de la Torre de Pisa en su web). Hicimos tiempo paseando por los alrededores, viendo los edificios por fuera y la estatua de la luperca, la loba capitolina que amamantó a Rómulo y Remo, fundadores de Roma.

Campo dei Miracoli

Torre de Pisa

  • Horario: todos los días de 9:00 a 20:00 (algunos fines de semana hasta las 22:00)
  • Entrada: 20€ (incluida la entrada a la catedral), 27€ la entrada completa a todo el conjunto de Campo dei Miracoli
  • Cómo llegar: Parada Torre 1 de autobús 070, 017, 080, 081, 110, 120, 140, 190, 840, 875, E3, E25, LAM rossa, línea 21, Navetta E
Torre y Duomo

La subida a la torre nos pareció muy divertida, conforme íbamos subiendo notábamos cierta sensación de mareo debido a la perdida de estabilidad por la inclinación. Las vistas desde arriba eran preciosas (un imprescindible que ver y hacer en la Toscana). Pisa no tenía prácticamente ningún edificio que superara la torre por lo que se podían ver los alrededores de la ciudad, una llanura rodeada por los Apeninos y con salida al mar por el oeste.

Al bajar nos entretuvimos un rato viendo la plomada gigante que hay en el centro de la torre, donde se puede apreciar perfectamente la desviación del eje, era increíble que estuviese en pie.

Subida a la torre

Nos fuimos a recorrer la ciudad, llena de mercados y mucho ambiente, pasamos por la famosa Piazza dei Cavalieri rodeada de palacios, cruzamos el Ponte Mezzo y visitamos Oltrarno (el barrio al otro lado del Arno), donde tomamos un buen almuerzo para no tener que parar a comer con el coche.

La cafetería nos gustó mucho, ARS Café & Bistro, estaba en un acalle muy tranquila y tenían tanto dulce como salado. Pedimos focaccias, paninis y cocacolas, nos costó 14’70€. Ya teníamos el estómago contento para unas horas.

ARS Café & Bistro, Corso Italia, 122, Pisa (TripAdvisorGoogle)

De vuelta al hotel callejeamos por la zona de la estación y volvimos a pasar por el Campo dei Miracoli haciendo las últimas fotos de la zona, que estaba a rebosar de gente.

Paseando por Pisa

A las 15:30 cogíamos el coche después de recoger las maletas en el hotel, conseguir un autobús para el aeropuerto (a esa hora estaban todos a tope) y llegar a la zona de alquiler de coches caminando, porque los buses lanzaderas también iban a reventar, además de estar un rato para hacer los papeles, asegurarnos que nos daban el seguro completo para que no hubiese cargos etc. Menos mal que habíamos comido pronto (os contamos todo en la entrada cómo moverse en coche por la Toscana).

La primera etapa con coche era sencilla, íbamos directos a Florencia a estar un par de días. Ya la conocíamos los dos pero hacía tiempo y nunca habíamos estado juntos. La autovía que unía ambas ciudades estaba bastante concurrida, pero no teníamos prisa y el paisaje extremadamente verde de los pre-Apeninos nos estaba encantando.

Conduciendo de Pisa a Florencia

Entrar en Florencia a las 17:00h fue bastante estresante, había mucho tráfico, la mayoría de calles estaban cerradas al tráfico o sólo podían acceder los residentes, entramos por la Porta Romana y no había sitios gratuitos para aparcar. Teníamos apuntado que era buena opción aparcar en el Piazzale Michelangelo y nos fuimos hacia allí. La sorpresa fue que ya no era gratuito, como habíamos leído, igualmente aparcamos allí.

Estaba alejado del centro en coche pero había unas escalinatas que llegaban casi hasta la orilla del río y de allí 15 minutos caminando hasta el hotel. Con las maletas se nos hizo un poco pesado y más pensando que teníamos que volver a subir para dejar el coche en algún sitio más definitivo para dos días.

Vistas desde el Piazzale Michelangelo

El hotel Florence Old Bridge B&B estaba a poco más de cien metros del Ponte Vecchio. Por la calle había mucho ambiente y nos encantó la situación. La habitación era bastante pequeña y daba a un patio interior bastante amplio, cosa que agradecimos porque las que daban a la calle debían tener mucho ruido.

Nos ofrecieron un aparcamiento del hotel a buen precio justo enfrente. Tuvimos que volver corriendo a por el coche porque se nos pasaba el tiempo del ticket que habíamos pagado y dejamos el coche en el alojamiento.

Llegada al Florence Old Bridge B&B

Empezamos el paseo caminando por detrás del hotel hacia el Ponte Santa Trinitá, desde allí vimos el Ponte Vecchio iluminado por el sol del atardecer. Seguimos por Vía Tornabuoni y giramos hacia la monumental Piazza della Repubblica. A esas horas y siendo sábado, la plaza estaba llena de turistas (como toda Florencia) y perdía un poco el encanto.

Bajamos hasta la Piazza della Signoria, que estaba menos concurrida, y pudimos hacer unas cuantas fotos de la Torre di Arnolfo, la Fontana del Nettuno y la copia del David de Miguel Ángel, y aprovechamos para comprar la tarjeta turística FirenzeCard en el punto de información del Palazzo Vecchio.

Ponte Vecchio desde el Corrodoio Vasariano · Santa Maria del Fiore al atardecer
Piazza della Signoria · Piazza della Repubblica · Réplica del David

Subimos un poco más y rodeamos el duomo, la famosa Santa Maria del Fiore, que a esas horas tenía un color muy chulo entre los blancos y verdes del mármol y el anaranjado del atardecer.

Salimos al río bordeando la Galleria degli Uffizi y desde los soportales de Lungarno degli Archibusieri, bajo el Corrodoio Vasariano, nos asomamos para ver cómo el sol iba bajando tras el Ponte Vecchio. Al cruzar por él, para volver hacia el hotel, vimos un espectacular atardecer sobre el río.

Ponte Vecchio desde el Ponte Santa Trinitá
Atardecer desde el Ponte Vecchio

Casi sin darnos cuenta se nos habían hecho las 21:00 de la noche y el estómago empezó a recordarnos que también nos acompañaba en el viaje. Rafa había reservado en un restaurante que le gustó mucho la última vez que estuvo allí, Coquinarius. Hacía mucho tiempo de aquello pero esperábamos que estuviese todo igual de bueno.

Pedimos una plato de queso de cabra con pera, una ensalada de burrata, unos ravioli con espárragos y unos espagueti a la cacciatore. Tres cervezas y un agua para beber y sin postre, salimos a 66€. No nos decepcionó.

Coquinarius, Via delle Oche, 11R, Firenze (TripAdvisorGoogle)

Cena en Coquinarius

Bajando hacia el hotel, nos compramos un helado DE-LI-CIO-SO (no hay mejor postre en Italia, con perdón del tiramisú), en el Venchi del Mercato Nuovo, más conocido como Mercato del Porcellino. Y ya que estábamos allí, le hicimos unas fotos al jabalí, aunque no pudimos tocarle el morro por la cola de gente que había.

Venchi. Via Calimaruzza, 2-4, Firenze (TripAdvisor – Google)

Hicimos un recorrido nocturno por el centro, cruzamos de nuevo por el Ponte Santa Trinitá para ver iluminado el Ponte Vecchio y nos desviamos por el Borgo San Jacopo hasta el hotel, estábamos muertos.

Helado de Venchi · Duomo de noche · Porcellino
Ponte Vecchio iluminado por la noche