Copenhague día 2
Bella Center · Christianshavn · Christiania · Nyhavn · Kultur Natten
9 de octubre de 2015
Era el primer día del congreso y teníamos que ir a coger las acreditaciones y el certificado del póster, por lo que decidimos madrugar un poco, ir a primera hora y tener el resto del día libre. El desayuno del Hotel Ansgar fue bastante bueno, un bufé muy completo. Tomamos tostadas, pasteles de canela, queso y embutidos locales, zumo y nuestros indispensables: café doble con leche y chocolate caliente.
A las 10:30 llegamos en metro al Bella Center desde Nørreport para recoger la documentación y ver nuestro póster expuesto. Aunque desde hace unos años se visualizan en ordenadores, nos hacía ilusión verlo allí.

Volvimos al centro en metro, bajando en la parada de Christianshavn. Recorrimos el canal fotografiando los patos que se nos cruzaban y los chulísimos edificios de colores y casas flotantes de la zona. El recorrido por este barrio teletransporta a un viaje a Ámsterdam y es uno de los imprescindibles que ver y hacer en Copenhague.
Entramos a una par de tiendas de antigüedades donde Rafa se quedó con las ganas de comprar un par de cachibaches que no podíamos cargar en las maletas y nos reímos un rato enseñando a la dueña de una de ellas a decir «castañuelas». Parecen serios pero son muy «salaos» los daneses.

Nos acercamos a Christiania, el famoso barrio autónomo de vida alternativa hippie donde no hay demasiadas normas, sobretodo en cuanto a las drogas se refiere. Al entrar nos recibieron un buen puñado de casetas cubiertas con telas de camuflaje en las que vendedores con pasamontañas nos ofrecieron marihuana y alguna que otra droga más, de los que pasamos amablemente. Recorrimos el resto de la zona, con casas, tiendas y cafeterías muy coloridas.

Salimos de la ciudad independiente por Refshalevej y volvimos hacia Prinsessegade donde vimos la Vor Frelsers Kirke con su espectacular pináculo en espiral coronado por un chapitel de madera cubierto de cobre, sobre el que descansa la escultura conocida como «mannen» (el hombre) que representa a Jesucristo sobre un globo dorado.
Vimos que se podía acceder a la torre por 35 Kr (4,7€). La escalera de caracol es bastante estrecha, y va empeorando conforme se llega al chapitel. Al salir al pequeño mirador Rafa tuvo vértigo al ver el suelo inclinado hacia afuera con una barandilla que no daba mucha seguridad, así que prefirió bajar. Antonio lo dio todo y subió hasta el final, justo bajo el globo dorado.
Allí nos encontramos con Nuria, una compañera dermatóloga y su marido, que tampoco tenían mucha intención de perder el tiempo en el congreso.

Vor Frelsers Kirke
- Horario y entrada:
- De marzo a abril y desde octubre a mediados de diciembre abre de 10:00 a 16:00 de lunes a sábado (los domingos a las 10:30), con un precio de 35 Kr (4,70€).
- De mayo a septiembre, el horario de apertura es de 9:30 a 19:00 de lunes a sábado (domingos a las 10:30), con un precio de 50 Kr (6,70€).
- En invierno permanece cerrada.
- Cómo llegar: Las líneas de metro M1 y M2 tienen parada en Christianshavn.

Cuando Antonio llegó abajo, ya estábamos muertos de hambre y nos acercamos al Café Oven Vande, junto al canal de Christianshavn. No había mucha gente, era tarde para el horario danés (13:30) así que pudimos elegir una mesa junto al ventanal del restaurante. Pedimos una Croque Monsieur a la mostaza, una ensalada de salmón (gravad laks) y agua del grifo. El coste de la comida fueron 264 Kr (25,90€). Nos pareció baratísimo para los precios de Dinamarca.
Al salir cruzamos el canal hacia Strandgade y subimos en dirección noreste, viendo los muelles. Allí visitamos el centro danés de arquitectura y diseño donde compramos el famoso pato de madera de Hans Bølling’s (actualmente el DAC – Dansk Arkitektur Center está situado cerca de la biblioteca).
El diseño de la familia de patos de madera está inspirado en la anécdota danesa de 1959, cuando un policía detuvo el tráfico en Frederiksberg para que una familia de patos cruzara la calle hasta el canal. Este relato salió en todos los informativos y se pueden encontrar carteles de diseño de la época rememorando la escena.

Llegamos hasta donde estaba el antiguo NOMA (restaurante con 2 estrellas michelín elegido varias veces como el mejor del mundo en la lista World Best Restaurant), actualmente está el restaurante Barr. En el local contiguo está la cafetería del Centro Cultural del Nordatlantens Brygge (Casa del Atlántico Norte), con mucho encanto, donde nos tomamos un café mientras planificábamos el siguiente paseo y escribíamos nuestro cuaderno de bitácora.

Volvimos hacia el puente Knippelsbro viendo el canal y las dos torres de control que parecen el puente de los buques. Hoy en día la del lado de Slotsholmen ha sido convertida en un centro cultural para residentes y turistas.
Desde allí nos dirigimos a Nyhavn, el canal más famoso de la ciudad, lleno de edificios de diferentes colores y con preciosos barcos en sus muelles. Es una zona muy animada con un montón de terrazas y mucha gente paseando por la zona, tanto locales como turistas. Uno de nuestros imprescindibles en Copenhague.

A las 16:30 cogimos el metro en Kongens Nytorv dirección Nørreport para comprar las entradas de la Kultur Natten. Las vendían en la tienda 7-Eleven de la estación, era una chapa que había que llevar visible para poder acceder a los lugares que participaban en el evento.
La Kultur Natten o noche de la cultura, se celebra a principios o mediados de octubre. Durante esa noche, más de 250 museos, teatros, bibliotecas, iglesias, ministerios y parques abren al público en horario nocturno ofreciendo actividades especiales. Es una noche muy divertida y animada. Tenéis toda la información en la entrada qué ver y hacer en Copenhague.
Desde allí fuimos en tren de cercanías (S-tog) hasta la estación central, habíamos quedado con una amiga española y su marido danés para pasar la Kultur Natten con ellos y que nos enseñasen algo más de la ciudad. Como se retrasaban, aprovechamos para recorrer la estación y merendar en Lagkagehuset un bollo de canela y especias, un pain au chocolat y dos batidos de chocolate Matilde. Nos costó unas 60Kr/8€.

Por fin llegaron Leti y Anders (se pronuncia [Aners]), nos explicaron un poco de qué iba eso de la Kultur Natten y nos fuimos a la primera visita, la Cámara de Comercio danesa, en un edificio muy moderno justo frente a Rådhuspladsen (la plaza del Ayuntamiento). Dentro había varios puestos en los que mostraban diferentes productos de fabricación danesa, desde todo tipo de artesanía como sillas de madera de diseño, cerveza o chocolate, hasta la industria aeronáutica con un simulador de vuelo.
En cada uno te explicaban el proceso de fabricación y te daban a probar sus productos o te regalaban muestras, llaveros y otro merchandising, todavía llevamos en nuestra mochila de viaje la etiqueta de Remove before flight como la de los aviones, que nos regalaron allí.

Segunda parada en Rådhuspladsen, allí había una oficina de las obras del metro donde regalaban cascos de obra y llaveros con los nombres de las paradas de metro. Después se accedía a las propias obras, bajando unos cinco pisos de andamios, donde te dejaban ver la megatuneladora que estaba perforando el centro de la ciudad. Delante de nosotros se mareó una señora en la parte más profunda y tuvieron que evacuarla en camilla con una grúa, de película.
El tío de Anders trabajaba esa noche en la estación de bomberos, donde habían sacado un par de camiones a la calle, hacían simulacros de salvamento y enseñaban el recinto y los camiones a los más pequeños. Nos regalaron un par de chalecos reflejantes para nuestro futuro sobrino (no nació hasta dos meses después y es ahora, con 5 años, cuando usa esos chalecos y cascos para jugar).

A las 21 cogimos un bus frente a la puerta del Tivoli hasta el Museo del Diseño de Dinamarca. El patio de entrada estaba decorado para la ocasión, con proyecciones en las fachadas y dos hogueras para quemar las nubes dulces que te ofrecían un par de camareros. Antes de entrar compramos unos vasos de gløgg, un vino caliente especiado típico. Hacía mucho frío y, aunque el sabor no era demasiado bueno, nos sentó muy bien.
Entramos al museo, viendo la zona de diseño de sillas y lámparas que le gustan mucho a Rafa, y al salir compramos unos imanes con la escena de los patos cruzando que os contábamos más arriba.

Designmuseum Danmark
- Horario: de martes a domingo de 10:00 a 18:00 y los miércoles de 10:00 a 21:00 (lunes cerrado).
- Entrada: 115 kr (unos 15,50€) y no está incluida en la Copenhagen Card.
- Cómo llegar: La estación de metro de Marmorkirken (M3, M4) está cerca, y la estación Østerport del S-Tog queda a 5 minutos caminando.
Volvimos en autobús hacia Slotsholmen, para visitar las ruinas de los antiguos castillos bajo Christiansborg Slot, la sede del parlamento danés. Habían decorado las ruinas con motivos de Halloween y quedaba demasiado falso, ratas y arañas de plástico, con sus telarañas de algodón, calabazas por las esquinas, no tenía mucho sentido.
Nuestra intención era cenar en el mercado de Torvehallerne, cerca de Nørreport, pero cuando llegamos ya estaba cerrado, así que nos tocó cenar en un McDonalds frente a la estación antes de que lo cerrasen también y no pudiésemos comer nada.
Para compensarlo, Anders nos llevó a Vesterbro, a la zona del antiguo matadero (Kødbyen). Desde Nørreport hay que ir en tren hasta la estación central y de allí son 15 minutos caminando. Nos sentamos en un bistro muy chulo llamado Paté Paté a tomar unas cervezas y charlar un poco antes de acostarnos, menos mal que el hotel estaba muy cerca de allí.
