Canadá día 10
Glacier Adventure y Glacier Skywalk, Mistaya Canyon, Peyto Lake, Bow Lake y Crowfoot Glacier. Noche en Field
29 DE JULIO DE 2017
7º DÍA DE RUTA: COLUMBIA GLACIER – CATHEDRAL MOUNTAIN LODGE (144 KM)
A las 7:00 sonó el toque de diana, mientras por la ventana veíamos cómo el sol iluminaba de naranja la cola del glaciar. Las vistas nos dieron un buen subidón para seguir con energía.
Desayunamos en el restaurante Altitude: dos zumos de naranja, un café con leche y un chocolate, una copa de granola, un muffin de semillas de amapola y un bagel con crema de queso. No estaba incluido en el precio de la habitación y nos costó 45$CAD/29€, el desayuno más caro hasta la fecha, pero con unas vistas increíbles.

A las 8:45 estábamos con nuestra ropa de abrigo esperando en el vestíbulo del hotel. Nuestro grupo era de unas 40 personas, no llegó a llenarse el autobús que nos llevaba al pie del glaciar. Allí nos pasaron a un snowcoach, un autobús con enormes ruedas de tractor para poder circular sobre el hielo. Nos sentamos en dos buenos asientos con ventanilla, dispuestos a disfrutar del trayecto. El guía era muy gracioso, iba explicando datos del glaciar y curiosidades mientras subíamos e íbamos notando cómo bajaba la temperatura.
Después de un par de buenas cuestas, llegamos a la llanura de la cola, donde nos bajaron. Teníamos 30 minutos para estar allí con la precaución de no pasar la zona delimitada por peligro a hundirnos en el hielo. Nos pusimos a hacer fotos y vídeos del glaciar y de nuestros pies con el hielo azul turquesa, un color que parecía irreal.
El guía, Daniel, se acercó a nosotros al oírnos hablar español. Había vivido en Barcelona y se ofreció a hacernos de fotógrafo. Estuvimos charlando con él en nuestro idioma unos minutos antes de regresar.

En la web de Pursuit, podéis elegir excursiones individuales o escoger entre varias de ellas y comprar paquetes o combos, que salen más rentables. Nosotros elegimos Banff Gondola, Maligne Lake Cruise y Columbia Icefield Adventure incluyendo Skywalk (Jasper Ultimate Explorer Combo Package). Podéis ver aquí las excursiones, precios y paquetes combinados.

Mientras bajábamos, vimos cómo en el siguiente turno subían 4 ó 5 autobuses a la vez. Había sido un acierto subir a primera hora. Estuvimos solos con nuestro grupo los 30 minutos, y como nos dispersamos en la enorme llanura, no daba sensación de multitud. Y encima nos acompañó un cielo azul intenso con solazo. Uno de nuestros imprescindibles que ver en las Rocosas.
El precio de la excursión incluía la visita al Skywalk, una plataforma acristalada construida sobre la ladera de la montaña opuesta al glaciar, desde donde se puede ver éste y todo el valle bajo tus pies a través del cristal.
El autobús fue directo a la plataforma sin pasar por el hotel, pero nosotros preferimos no bajar (aún teníamos que hacer el check-out) y volver luego con el coche para seguir la ruta del día. En 30 minutos estábamos de vuelta en la pasarela. Construida a 280 m del suelo, da bastante vértigo, tanto que Rafa no pudo acceder a la zona acristalada más que dos o tres pasos.

Las vistas son muy chulas y desde la pasarela pudimos ver la primera cabra montés (Mountain Goat) del viaje. Estaba unos metros por debajo de la estructura y podía verse perfectamente encaramada a la pared de roca comiendo maleza y lamiendo la sal de las rocas. Parecía imposible que hubiese llegado hasta allí sin despeñarse.

A las 13:15 nos subimos al coche para continuar la ruta por la Hwy 93, en dirección al Lake Louise en la provincia de Banff. A 9 km teníamos previsto parar a recorrer el Parker Ridge, un sendero de 2’5-3km para ver otra lengua del glaciar, pero era demasiado tarde y continuamos la ruta. Donde sí nos detuvimos fue en un mirador de la Icefields Parkway a unos 40km del hotel, tenía unas vistas preciosas de las rocosas con la carretera surcándolas por mitad del valle.

Hicimos una breve parada técnica en Saskatchewan River Crossing, una de las gasolineras que teníamos anotadas. Llenamos el depósito y compramos algo de agua.
Una hora y poco más del inicio de la ruta, a las 14:30h, ya estábamos en Mistaya Canyon. Allí un sendero nos llevó hasta el nivel del río. Era un cañón pequeño pero chulísimo. Se veían perfectamente las rectas paredes de piedra labradas por el agua. Nos pareció el sitio perfecto para comer, sacamos nuestras bolsas de picnic (que reutilizábamos) y nos sentamos a la sombra a comer, con las mejores vistas.


Una hora después estábamos en Waterfowl Lake, era un parada corta ya que estaba a pie de carretera y no había rutas de senderismo alrededor. Empezaba a verse el color azul intenso que tienen los lagos de esta zona, pero curiosamente en la orilla, el agua estaba cristalina, parecía increíble.

Quince minutos después, llegábamos a uno de los puntos más esperados del viaje, el Peyto Lake. Las fotos que habíamos visto eran una pasada y esperábamos que fuesen reales y no hubiese mucho retoque. Tuvimos suerte y aparcamos cerca del acceso al sendero del mirador (Bow Summit), había bastantes coches pero mucha gente ya se iba.
Al llegar arriba nos quedamos alucinados con las vistas: de fondo los grandes picos y en el valle, abarrotado de abetos de color verde intenso, un lago azul turquesa con forma de caballito de mar.
Unos minutos después llegó un autobús de chinos gritando y nos fastidió el momento. Nos armamos de paciencia, ya sabíamos que no los dejarían bajar más de 10 minutos, y efectivamente, se fueron en ese tiempo y nos dejaron tranquilos al resto.
Nos hicimos varias fotos desde diferentes puntos del mirador, incluso bajamos un poco por la ladera para tener mejor perspectiva. Una de las vistas preferidas de nuestros viajes, por eso es una de nuestras fotos de portada del blog.

A poco más de cinco minutos en coche estaba el Bow Lake, otro lago de aguas turquesas y con muy buenas vistas de los glaciares que lo rodean. Hicimos una parada corta, aunque tuvimos que esperar de nuevo a que se fuese el mismo autobús de chinos, y continuamos por la Icefields Parkway.
A las 17:00h nos detuvimos en el mirador del Crowfoot Glacier. Mientras hacíamos alguna foto y gozábamos de las vistas, un señor se acercó a decirnos que teníamos un encuadre muy divertido, y señaló a un cuervo que había justo delante de nosotros. No entendimos muy bien hasta que nos recordó el nombre del glaciar (crowfoot = pata de cuervo). Le hicimos alguna foto al cuervo con la masa de hielo de fondo y continuamos la marcha.

Un poco antes de las 18h llegamos al siguiente hotel, Cathedral Mountain Lodge, en el Parque Nacional de Yoho. Era un complejo con cabañas de madera a orillas del río, en el valle entre el monte Cathedral y el monte Field.
Nos dieron la cabaña 18, cerca del edificio principal con vistas al bosque y el río. Nos habían dejado en el habitación una botella de champán en una cubitera. La cabaña era bastante grande, con una enorme cama, techos abuhardillados con un tragaluz por el que se veía el cielo, dos butacones, una chimenea y un aparador; el baño independiente también era bastante grande y bien equipado.

Pasamos la tarde descansando en la habitación, revisando fotos, y pasándolas al disco duro para tener una copia de seguridad, y bebiéndonos el champán. Menuda maravilla de sitio (en la entrada dónde dormir en la Costa Oeste de Canadá y las Rocosas tenéis todos nuestros alojamientos durante el viaje).
A las 20:15 salimos a ver cómo se ponía el sol y se iban iluminando de naranja los picos de las montañas. Dimos una vuelta por los alrededores, cerca del río, donde el hotel tiene varias zonas con sillones de madera rojos situados en círculo alrededor de zonas para fogatas.

Teníamos reservada una mesa en el restaurante del hotel y fuimos a cenar. Nos pusieron al lado de una ventana, si no no éramos felices. El salón era una pasada, todo de madera, una gran chimenea, una zona de sillones alrededor de ésta y mesas desperdigadas por el comedor. Nuestra camarera era muy simpática y nos dio varias recomendaciones.
Nos pusieron un plato de pan variado con mantequilla de hierbas que estaba de vicio, y nosotros pedimos dos cervezas artesanas, una sopa del día, una ensalada de pera y vino tinto, panceta en su jugo, atún a la parrilla y un pastel de manzana con fresas y helado. Fue de las comidas más caras del viaje, 120$CAD/78€, pero después de tanto bocadillo nos supo a gloria una buena cena y más en ese entorno.
A las 23:30 caímos rendidos en nuestra cabaña.