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Canadá día 9

Mount Edith Cavell y Glaciar Angel, Athabasca Falls, Sunwapta Falls y Stutfield Glacier Viewpoint. Noche en Glacier View Inn

28 DE JULIO DE 2017

†6º DÍA DE RUTA: JASPER – COLUMBIA GLACIER (132 KM)

A las 6:00 de la mañana empezó a sonar la alarma de incendios y nos pegó un susto de muerte. Al parecer los inquilinos del sótano habían quemado las tostadas y la alarma sonó en toda la casa. Ya que estábamos en pie decidimos empezar a recoger. Este día continuábamos la ruta hacia el sur, la siguiente parada era Columbia Glacier (pasando por un montón de lugares imprescindibles que ver en las Rocosas).

Volvimos a desayunar en Smitty’s y esta vez, además del chocolate y el café, pedimos tortitas con bacon y gofres con fresas, por 32$CAD/20€.

Smitty’s. 109 Miette Ave, Jasper (TripAdvisorGoogle)

Desayuno en Smitty's

Salimos antes de lo que teníamos planeado y fuimos por la Highway 93A hacia Mount Edith Cavell, pero al llegar al desvío vimos un cartel que indicaba que se requería un permiso para acceder. Les preguntamos a los Rangers que había en el acceso y nos dijeron que los permisos eran limitados y se daban en la oficina de turismo de Jasper, justo enfrente de donde habíamos desayunado. Si lo llegamos a saber…

Fuimos lo más rápido que permitía la carretera y llegamos justo cuando estaban abriendo la oficina. Una chica muy amable nos dio un permiso para acceder al parque a las 14:00, era lo más pronto que quedaba. Nos alteraba un poco los planes, pero decidimos hacer el resto de la ruta y volver a tiempo para subir al monte a esa hora.

Cogimos de nuevo la Highway 93A, fijándonos bien si veíamos algún animal, ya que habíamos leído que son fáciles de ver por esa zona. Pero no vimos nada.

Leach Lake al amanecer

La primera parada la hicimos en el Leach Lake, un pequeño lago de aguas cristalinas que a esas horas parecía un espejo. Estaba a pie de carretera y era una preciosidad. Continuamos hasta las Athabasca Falls, donde, a pesar de la hora (10 de la mañana) había bastante gente. En el aparcamiento, aparte de una decena de coches, había un par de autobuses.

Tenía varios miradores y la mayoría de gente se quedaba en el primero, pero nosotros los recorrimos todos. El cañón que formaba la cascada era estrecho y con varias caídas lo que provocaba un ruido ensordecedor. Nos impresionó la fuerza con la que caía el agua, sin duda de las más impresionantes que habíamos visto.

Parte alta de las Athabasca falls

Hicimos un pequeño recorrido a pie por el cañón para llegar el mirador inferior, pasando por debajo del Time Tunnel, llamado así por ser una formación natural creada por el desgaste del agua durante milenios cuando el río discurría por ahí.

En el mirador, había un gran remanso del río con las montañas de fondo y el agua se veía blanquecina por la cantidad de limaduras que arrastraba.

Time Tunnel en Athabasca

Cogimos la Icefields Parkway (Hwy 93) hasta el mirador Mountain Goats and Glacier, pero no vimos ninguna cabra montés, sólo meandros y montañas donde se intuía la cola de algún glaciar.

El siguiente punto de nuestra ruta eran las Sunwapta Falls. En estas había mucha menos gente. Cogimos el sendero que bajaba hasta el puente desde donde se tenía una vista increíble de la cascada. Es otra de las vistas más famosas de las Rocosas, justo antes de la cascada hay una isla en el río que se ve perfectamente rodeada de agua brava con la enorme caída delante.

Sunwapta falls vista general
Sunwapta falls de frente

Recorrimos parte del sendero que continúa paralelo al cañón después de la cascada y nos volvimos al coche a continuar la ruta. Hicimos la siguiente parada en el Stutfield Glacier Viewpoint, con unas vistas increíbles de la cola más al norte del Athabasca Glacier.

A no más de 15 minutos de allí visitamos Tangle Creek, una cascada a pie de carretera, con una caída suave muy escalonada. Se suponía que era muy fácil ver muflones en este punto pero esta vez tampoco pudimos verlos. Hoy los animales nos estaban dando esquinazo.

Nos metimos en el coche a comer una manzana porque fuera hacía demasiado calor y la comida atraía a los insectos. Como se estaba haciendo tarde, tocaba volver hacia Mount Edith Cavell.

Llegamos al acceso al monte a las 13:50, y a pesar de tener el paso para las 14:00, nos permitieron entrar. Íbamos solos por la carretera fijándonos a los lados por si veíamos algún animal, cuando nos dimos cuenta que a unos 50 metros de nosotros había dos coches parados, uno en cada sentido y señalaban al margen izquierdo.

Cuando estábamos a su altura, vimos un enorme oso grizzly sentado en la ladera junto a la carretera comiendo bayas rojas. Era de un color parduzco con el pelo brillante y de gran envergadura. Nos quedamos alucinados de que estuviese comiendo tan tranquilo a pocos metros de nosotros.

Oso Grizzly en Mount Edith Cavell

Gracias a que nunca nos faltan tarjetas ni baterías extras, pudimos hacer tantas fotos como quisimos hasta que se fue bosque adentro. Un poco más adelante, el coche que nos precedía volvió a parar y nos señaló a la derecha, allí un oso negro comía bayas mucho más cerca de la carretera.

Ellos continuaron y nosotros pudimos acercarnos más al oso, Rafa lo tenía a menos de 2 metros desde su ventanilla. El oso empezó a caminar y con mucho cuidado fuimos moviéndonos a su velocidad para poder verlo bien y no asustarlo. Nos acompañó unos 200 metros hasta que se perdió entre la vegetación. Era un oso más pequeño que el anterior pero igual de impresionante, su lomo llegaba casi hasta la ventanilla.

Oso negro caminando por la carretera en el Mount Edith Cavell

No nos podíamos creer la suerte que habíamos tenido, dos osos en la misma carretera en menos de 100 metros. Había valido la pena el trasiego del día de ir casi hasta nuestro destino y volver al monte Edith Cavell, por no haber sabido lo del permiso antes. Como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga.

Llegamos arriba del todo con un subidón increíble, tanto que nos nos dimos cuenta, hasta más tarde, que los carteles de peligro por osos (que había justo delante de donde habíamos aparcado) estaban a menos de 1 km del enorme oso grizzly que habíamos visto, y podía aparecer por allí en cualquier momento. A Antonio le temblaban las piernas.

Se había nublado y parecía que podía llover, nos pusimos algo de abrigo y comenzamos a subir el sendero hasta el mirador del glaciar Angel. Un grupo de chinos iba delante de nosotros, así que redujimos la velocidad para ir solos.

De repente, nos dimos cuenta que teníamos más compañía, una marmota iba siguiéndonos por las rocas (supusimos que estaba acostumbrada a que los turistas irresponsables le diesen comida). Se asustó y se metió en la madriguera, pero volvió a salir al momento. Estuvimos viéndola un rato, era una animal bastante feo pero muy gracioso.

Marmota en Mount Edith Cavell

Al llegar al mirador, las vistas del glaciar y la laguna formada por el deshielo eran impresionantes. Allí había un cartel enorme explicando que el año anterior había habido un alud que había arrasado parte del valle. Se distinguía perfectamente el pedregal que había dejado a su paso, no quedaba un solo árbol en pie. También pedía que no se gritase porque el eco podía generar nuevos aludes.

Cómo no, dos chinos se habían saltado todos los carteles de prohibición y caminaban por la zona del alud y, para demostrar más su subnormalidad, iban gritando para oír el eco. En ese momento el glaciar explosionó y salió un gran chorro de agua y hielo del centro de la cola. No podíamos parar de reírnos viendo a los chinos correr desesperados.

Vistas del Glacier Angel y la zona debastada por el alud reciente

Empezaba a chispear y nos fuimos rápido al coche. Como teníamos la comida preparada (Rafa todas las mañanas hacía los bocadillos y los metía en bolsas herméticas con frutos secos y algo de queso) nos la comimos allí mismo antes de continuar.

Volvimos a coger la Hwy 93A en nuestro camino hacia el hotel Glacier View Lodge para aumentar las posibilidades de ver animales, aunque con los osos ya íbamos bien servidos.

En Athabasca Falls cogimos la Icefields Parkway hasta el hotel y llegamos allí a las 17:15. Nos asustamos de la cantidad de coches y autobuses que había, debía ser hora punta.

El hotel estaba justo encima del centro de visitantes del Glaciar Columbia, donde se compran los billetes de todas las excursiones y desde donde salen los autobuses. Nos estábamos arrepintiendo de dormir allí, sobre todo Rafa; tuvimos que recordarnos que era la mejor opción para ver el glaciar los primeros al día siguiente.

Recorriendo la Icefields Parkway

La zona de registro del hotel estaba apartada del gentío y ya nos tranquilizamos un poco. Además, nos dieron una enorme habitación con vistas al glaciar, con dos pisos y una cama de matrimonio en cada piso.

Dejamos las cosas sin deshacer mucho la maleta, sólo pasaríamos allí una noche. Preparamos la ropa de nieve para subir al glaciar al día siguiente y descansamos un buen rato antes de bajar a cenar.

Vistas desde la habitación del Glacier View Lodge

A las 21:00 bajamos al restaurante Altitude, en el mismo hotel. Ya no había casi nadie en el recinto, sólo los huéspedes, y había muchas mesas libres. Como siempre, elegimos una junto a la ventana y nos pedimos una Chicken Supreme, una Alberta Bison Burger y una tarta de chocolate con helado de fresa. De bebida elegimos cerveza local Rutting Elk Red. Los 90$CAD/58,60€ nos parecieron abusivos pero las vistas de la luna sobre el glaciar apaciguaron nuestros ánimos.

Tocaba acostarse, la excursión saldría pronto al día siguiente.

Altitude. Hwy 93 Columbia Icefield Discovery Centre, Jasper (TripAdvisorGoogle)

Vista del glaciar desde el restaurante Altitude