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Grecia día 2

Atenas: Acrópolis - Monastiraki - Plaka - Monte Licabeto

1 de julio de 2018

Desayunamos en el hotel, bastante mal por cierto (si reserváis este hotel no escojáis el desayuno incluido), y nos fuimos directos a la Acrópolis en el metro. Compramos el billete de un día que te permite hacer tantos viajes como quieras por sólo 4,50€ (toda la información en la entrada cómo moverse en Atenas). Como queríamos verla sin demasiado bullicio y para evitar el calor, llegamos a la puerta a las 7:50.

Abren las taquillas y la entrada al mismo tiempo, sobre las 8:00, pero al llevar el pase combinado, no tuvimos que hacer cola y entramos directamente al recinto, coincidiendo con la salida de la Guardia Real (que no hemos conseguido saber qué hacía allí). Durante 15 ó 20 minutos éramos solo 8 ó 10 personas alrededor del Partenón, ¡es lo que más nos gusta de madrugar! Pudimos hacer unas fotos muy chulas de las Cariátides (las originales están en el cercano Museo de la Acrópolis), el templo de Atenea Niké, el Erecteión y el Partenón (sin duda uno de los imprescindibles que ver en Atenas). Cuando empezó a llenarse con hordas de turistas, nos fuimos a ver el resto de la ciudad.

Cariátides en el Erecteion, Atenas

Bajamos por la colina del Aerópago (uno de los mejores miradores de Atenas) hacia el Ágora Romana y el Ágora Antigua pasando por unas callejuelas encantadoras del barrio de Anafiotika, sin cruzarnos con nadie, haciendo fotos de las puertas (nos chiflan las puertas), y los grafitis de la zona. El Ágora Romana no tiene mucho misterio, una zona central que estaba rodeada de columnas, y en la que los romanos hacían sus negocios y la vida política. El Ágora Antigua, un poco mejor conservada, más amplia y con más jardines y edificios (destaca el templo Hefestión), tiene vistas al Erecteión. Ambas están incluidas en el pase combinado.

Templo de Hefesto en el Ágora Antigua

Como hacía mucho calor nos sentamos a tomar un café frappé (bebida muy extendida en Grecia) en una de las muchas terrazas que hay en las calles alrededor del Ágora Antigua y que dan acceso al mercadillo Monastiraki. Este tiene dos partes, una con tiendas de productos más comerciales y souvenirs, alojadas en las plantas bajas, y otra con productos de segunda mano y antigüedades. Es un mercado de pulgas típico, con los productos en la calle y amontonados. Como Rafa se vuelve loco con este tipo de mercados, nos quedamos un rato allí y compramos unas letras de imprenta en alfabeto griego.

Acabamos en la entrada del metro de Thissio, así que aprovechamos para ir al monte Licabeto. La subida es un poco dura, con tanta escalera, y en Atenas estábamos ya a 30 grados a las 11 de la mañana. Tuvimos que hacer una parada en Veranda, una cafetería que está frente a la entrada del funicular del Monte Licabeto, nos hicieron una limonada casera que nos sentó de lujo, os la recomendamos si pasáis por allí y os morís de calor.

Funicular Monte Licabeto

  • Dirección: Aristippou 1, Atenas
  • Horario: de 9:00 a 2:30 (salidas cada 30 minutos)
  • Entrada: 7,5€ ida y vuelta (5€ sólo ida)
  • Cómo llegar: En taxi o en metro (parada Evangelismos de la M3)

Veranda more than coffee, Ploutarchou 41, Atenas (TripAdvisorGoogle)

Plaza Monastiraki, Atenas

Tras reponer fuerzas entramos al funicular; la entrada cuesta 7,50€ i/v por persona, no tarda más de 5 minutos en subir, pero para un buen rato entre trayecto y trayecto. El monte tiene unas vistas estupendas de la ciudad, que es enorme, y especialmente de la Acrópolis con el mar de fondo (otro de los mejores miradores de Atenas). Arriba hay un restaurante donde se puede comer y una capilla ortodoxa, una de las miles que veríamos.

Vistas de Atenas desde el Monte Licabeto

Volvimos en el metro hacia la zona del hotel para comer y descansar un rato (la idea del viaje era relajarse, pero al ritmo que nos gusta llevar en las ciudades es difícil). Comimos en un bar del barrio, a unos 300m del hotel que tenía buenos comentarios en TripAdvisor. Fue un acierto, comimos gyros y ensalada griega por menos de 25€, con un par de cervezas, por supuesto, y rodeados de gente del barrio.

Gefstiki Gonia, Psaron 45, Atenas (TripAdvisorGoogle)

Gyros de pollo en Atenas

Tras el descanso del guerrero, cogimos el metro en dirección a Syntagma, la conocida plaza donde se hace el cambio de guardia, aunque nuestra idea era verla de pasada para dirigirnos al Estadio Panatenaico. La entrada no está incluida en el pase pero el precio es razonable, 5€ por persona. En él se celebraron las primeras olimpiadas modernas tras reconstruirlo y se sigue utilizando para eventos públicos. Tiene un pequeño museo con las antorchas de todas las olimpiadas, y es curioso ver la perspectiva desde la zona más alta. Aprovechamos para hacer un par de tomas para el vídeo del viaje haciendo el imbécil, que el resto de sitios no habían dado para mucho con tanta gente.

Estadio Panatenaico, Atenas

Volvimos paseando hacia Plaka, aprovechando el paseo para hacer un par de compras y tomar un helado, en Atenas en verano hace muuucho calor. Dejamos pasar la tarde de camino a Monastiraki donde teníamos pensado cenar. Desde la plaza se ve la Acrópolis iluminada y hay una perspectiva en la que se pueden fotografiar la iglesia ortodoxa de Nuestra Señora de Pantanassa, la Mezquita de Tzisdarakis y las ruinas en la misma toma ¿Se nota que nos gustan las fotos?

Cenamos en uno de los restaurantes de la zona, más turístico pero igual de delicioso que el resto de comidas que habíamos probado. Por 30€ tomamos: ensalada, 2 platos y sus correspondientes cervezas de medio litro.

Dioskouroi, Adrianou 19, Atenas (TripAdvisorGoogle)

Después de cenar, callejeamos hasta Syntagma y cogimos el metro, que nos dejó en la puerta del hotel para rehacer la maleta (que no estaba muy deshecha).

Nos acostamos pronto ya que teníamos que madrugar mucho para coger el vuelo hacia Mykonos, nuestro siguiente destino.

Ambiente nocturno de la Plaza Monastiraki