Canadá día 14
Johnston Canyon, Lake Minnewanka, Two Jack Lake, Johnson Lake y Bow Falls. Noche en Banff
2 DE AGOSTO DE 2017
11º DÍA DE RUTA: JOHNSTON CANYON Y LAGOS DE BANFF (70 KM)
Nos despertamos a las 6:00 para intentar no encontrar mucha gente en la primera ruta del día. Íbamos a Johnston Canyon y habíamos leído que es uno de los sitios con más afluencia de gente de la zona. A esa hora, el hotel todavía no servía desayuno así que nos tomamos un zumo y galletas en la habitación de los que aún nos quedaban de la compra de Vancouver.
A las 7:00 llegábamos al aparcamiento principal del cañón y sólo había dos coches más. Parecía que lo habíamos conseguido, íbamos a estar prácticamente solos. Eso sí, hacía un frío de tres pares de narices, alrededor de 6ºC.

El primer tramo era bastante accesible, habían construido pasarelas en voladizo sobre el margen izquierdo del río. Llegamos a las Lower Falls, son una chulada, el agua cae en una especie de poza abierta por un lateral y a la que se puede acceder por un túnel excavado en la piedra.


A partir de ahí, el terreno se hizo un poco mas empinado, pero sin mucha dificultad, hasta las Upper Falls. Se podían ver desde la base o desde un mirador de hierro construido frente a la parte superior. La vimos tanto desde abajo como desde arriba, aunque daba un poco de vértigo porque tenía el suelo de rejilla.
Era una maravilla estar allí solos en medio de la naturaleza con la luz del amanecer y el fresquito que hacía a esas horas. El camino seguía hacia arriba hasta los Ink Pots, pero preferimos bajar a buscar una enorme roca junto a una cascada que no aparecía en las guías pero habíamos visto fotos por internet.

La localizamos a medio camino entre las dos cascadas. Vimos a un par de chicos que subían de allí y nos preguntaron si era la primera vez que la visitábamos, les dijimos que sí y nos explicaron por dónde bajar y que podíamos pasar por detrás de la cascada que había junto a la roca.
El sitio era espectacular. En realidad no era una roca, aunque desde uno de los lados lo parecía. Era un saliente del acantilado, con una gran gruta enfrente y al lado una cascada con un pasaje por detrás de ella, de película.
Estuvimos allí un rato, disfrutando y haciendo fotos. Rafa se metió detrás de la cascada con la Gopro y salió emocionado. Decidimos volver a ver si entrábamos en calor en la cafetería de la entrada al parque, que ya estaría abierta.

A las 8:55 nos estábamos tomando un capuchino, un chocolate y dos napolitanas de chocolate en The Canyon Café. Necesitábamos algo de comer y entrar en calor. Desde allí vimos que el aparcamiento se estaba empezando a llenar de coches y, lo peor, de autobuses.
Cuando pasamos por allí el día anterior vimos coches aparcados en el arcén de la carretera hasta casi 2 km de la entrada. Habiendo dos aparcamientos para coches de 150 plazas y otro de autobuses que cabrían al menos 30, no queríamos ni imaginarnos lo que sería eso en hora punta. Es uno de los imprescindibles que ver en las Rocosas, pero también uno de los más masificados.
Volvimos por la Bow Valley Parkway y al llegar a Banff nos desviamos por la Lake Minnewanka Scenic Drive, otra ruta cinegética. Aparcamos en el Lake Minnewanka, que también empezaba a llenarse, y nos dimos un paseo por el sendero que lo bordea. Sólo hicimos 2 km de ida y vuelta, aunque el sendero es muy chulo, tiene 8km hasta el final y otros tanto para volver. El lago era enorme, con aguas cristalinas turquesas.
Hacía un solazo estupendo con el cielo azul y queríamos aprovechar para ver más cosas antes de que se llenase de humo. Habíamos estado mirando los incendios en Alberta y había 2 focos importantes no muy lejos, era casi imposible que viésemos animales por allí.
Teníamos apuntados algunos sitios imprescindibles que ver por la zona y decidimos ir al siguiente punto. Cogimos el coche y fuimos hasta Two Jack Lake, una de las colas del lago Minnewanka.
Aparcamos casi a pie del lago y nos acercamos a ver la Spirit Island. La postal es preciosa, la isla con el lago detrás y el monte Rundle de fondo.

De allí fuimos a Johnson Lake, a 5 km. El aparcamiento da acceso directo a una zona de playa. Había zonas de picnic y barbacoas y varias familias bañándose y jugando, tenían pinta de quedarse a pasar el día.
Nosotros cogimos el sendero empezando a caminar por el lado sur del lago. Era un camino increíble, encajonado por los enormes abetos que lo bordean. El agua de este lago era verdosa por la colonización de unas algas, pero al estar en calma parecía un espejo donde se reflejaban las montañas de alrededor. A medio camino el sendero descendía a nivel del agua y el bosque era menos denso.
Encontramos un tronco con una madriguera de ardillas llena de piñas y frutos secos. Estuvimos esperando un poco a ver si veíamos llegar alguna ardilla. Al final desistimos y terminamos de recorrer el sendero. Fueron 3 km muy agradables, salvo por los carteles avisando de osos y los matorrales llenos de bayas y frambuesas que tenían a Antonio con el alma en vilo.
Estábamos muertos debido al madrugón y la caminata a primera hora. Decidimos acercarnos al hotel a descansar unos minutos. Una vez allí nos acordamos de la piscina y, como vimos que no había nadie, nos fuimos a por los bañadores. Estuvimos una hora entre la piscina, el jacuzzi y el baño turco. Salimos como nuevos y hambrientos.

Nos acercamos al downtown a buscar un sitio para comer y en Bear Street nos encontramos con un Farmers Market chulísimo, con muchos puestos de frutas, varios puestos de artesanía y una zona de comida con música en directo.
Compramos un kilo de cerezas con una pinta brutal, que lavamos en una fuente en la entrada. Ya teníamos el postre. Mientras Antonio cogía mesa frente a los músicos, Rafa pidió dos crêpes provenzales (jamón, queso, rúcula, tapenade, higos secos y pipas peladas) y dos ice teas. En total la comida salió por 32$CAD/21€.

A las 15:00 volvíamos al hotel. Como estaban haciendo la habitación, nos sentamos en una de las terrazas que hay al final de los pasillos que dan a la calle y estuvimos esperando tranquilamente media hora a que estuviese lista. Nos quedamos descansando hasta las 17:30 y nos volvimos a poner en marcha.
Bajamos hacia Bow River, atravesando de nuevo el downtown. Al cruzar el río vimos una tienda con productos indígenas artesanales y entramos a curiosear. Al final compramos un inuksuk pequeño para llevarnos de recuerdo, y continuamos por el sendero río abajo hasta las Bow Falls. Más que unas cascadas son unos rápidos, a las que se llega atravesando un parque lleno de árboles. A pesar de haber bastante gente, nos gustó mucho.

Volvimos hacia el hotel, esta vez por el puente peatonal que da a un barrio residencial, y ya sabéis que nos encantan. Después de callejearlo, volvimos hacia el centro, y de allí al hotel.
A las 21:00 fuimos a The Old Spaghetti Factory, Antonio tenía antojo de pasta. El menú estaba muy bien de precio y los mojitos a 2×1. Pedimos dos para animarnos y los acompañamos de sopa minestrone, ensalada Caesar, espaguetis con albóndigas, macarrones con pollo y helado de pistacho. Mientras esperábamos, nos trajeron pan de ajo con mantequilla y una jarra de agua. La cena completa fueron 42$CAD/27€. Nos pareció baratísimo, comparado con el resto del viaje, y la comida estaba deliciosa.
A pesar del descanso en la piscina y la siesta, estábamos reventados y caímos rendidos en la cama.
