Canadá día 13
Lake Louise, Mirror Lake, Lake Agnes, Plain of Six Glaciers y Bow Valley Parkway. Noche en Banff
1 DE AGOSTO DE 2017
10º DÍA DE RUTA: YOHO – BANFF (88 KM)
Tocaba pegarnos un buen madrugón. En Banff ya habíamos visto que había más turismo que en Jasper y no nos apetecía hacer las visitas con mucha gente. A las 6:30 sonó el despertador, nos fuimos a desayunar rápido (y abundante), cargamos el coche enseguida, y lo teníamos todo a punto.
A las 8:20 ya estábamos en el Lake Louise y, a pesar del madrugón, había bastantes coches en el aparcamiento, lo que nos hizo pensar que a mediodía daría miedo. El día estaba nublado, volvía a ser una mañana con mucha bruma y humo, se veía poco al fondo del lago. Esperábamos que se despejase como el día anterior.
En el acceso al lago había un enorme hotel de 8 plantas, el Fairmont Chateau, que afeaba un poco el entorno. Debido al hotel los accesos estaban perfectamente asfaltados y adoquinados, lo que le daba un aire de parque temático. Además había bastante gente a esas horas, se notaba que más de autobús había descargado ya.

Preferimos no distraernos mucho en los alrededores del hotel y nos fuimos directos al inicio del sendero que queríamos hacer ese día. Subiríamos al mirador de los seis glaciares (Plain of Six Glaciers) pasando por el lago Mirror y el lago Agnes, unos 14 km y un desnivel de 800 m. Una de las mejores rutas de senderismo que hacer en las Rocosas.
La ruta empezaba al final de la zona asfaltada que bordea el lago. Había unas escaleras de madera y unas señales que indicaban las distancias de las diferentes rutas. Nos relajó ver que el 95% de los turistas pasaban de largo el desvío y seguían el paseo por el lago.
El sendero empezaba suave pero enseguida se empinaba, había tramos bastante duros. Sobre las 9:20 descansamos unos minutos en el Mirror Lake, un lago muy pequeño justo debajo del Beehive, un pico con forma de colmena. Seguimos subiendo, cada vez con mayor pendiente, hasta el Lake Agnes. El último tramo consistía en unas escaleras de madera bastante largas que pasaban junto a unas cascadas y terminaban en la Lake Agnes Teahouse, un bar o casa de té que había a orillas del lago.
Nos sentamos en un banco de madera que daba a la parte superior de las cascadas y con vistas al valle, y nos tomamos una barrita energética para reponer fuerzas. Una ardilla se nos acercó buscando comida, y como no le hicimos caso, se subió al banco y metió el morro en el bolsillo de Antonio. No paró de corretear por encima de él, se notaba que estaba acostumbrada a los humanos. Pasamos un rato divertido haciendo fotos.

A las 10 seguimos la marcha, bordeando el Beehive y con vistas del Lake Louise desde las alturas. Íbamos avanzando en paralelo al lago. Pasamos varias zonas de avalanchas mientras empezábamos a descender ligeramente. Salió el sol y los campos que nos rodeaban, que estaban llenos de unas flores moradas, se llenaron de mariposas monarca, eran grandes y preciosas.


Aproximadamente, a la altura del final del lago, empezamos a ascender de nuevo, recorriendo el valle desde el que se pueden ver de fondo los seis glaciares. Conforme subíamos se alternaban zonas más pedregosas con zonas llenas de hielo, incluso vimos una cueva de hielo que se estaba deshaciendo poco a poco.
El camino se convirtió en poco más que una cresta sobre un enorme montaña de sedimento del deshielo. Las vistas del cielo despejado con los glaciares compensaban el duro trayecto. En esta zona se unía el sendero que seguíamos nosotros con el que venía directo del Lake Louise, por lo que empezaba a haber más gente, aunque sin ser molesto.

Los últimos 600 metros hasta el Six Glaciers Viewpoint se nos hicieron durísimos. El desnivel era bastante fuerte y ya llevábamos acumulada mucha ruta, además el sol no ayudaba. Nada más llegar vimos un banco y nos dejamos caer en él, solo podíamos beber agua y respirar hondo. Nos comimos otra barrita, parecía mentira el subidón que nos daba con cada una, eran principalmente de frutos secos y eso siempre va bien en las caminatas.
No seguimos la marcha hasta los pies del glaciar porque había un cartel de riesgo alto de avalancha, además, mientras estábamos allí haciendo fotos a los picos, se escucharon un par de tronazos: alguno de los glaciares estaba reventando.

A las 12 comenzamos el regreso. A medio camino nos adelantó un grupo a caballo que levantaba el polvo y hacían el camino bastante incómodo. Como eran novatos iban bastante lentos por lo que tuvimos que descararnos y adelantarlos, si no, era imposible avanzar.
Sobre las 13:15 llegamos de nuevo a la zona del hotel Fairmont, que estaba repleta de gente, como ya nos habíamos imaginado. Decidimos que era mejor irnos de allí. Fuimos a comer a un área de descanso que habíamos visto al subir con el coche, a 1,5km del aparcamiento del lago.

El área estaba muy tranquila, no habría más que 8 ó 9 coches. Era una zona enorme, con muchas mesas bajo los árboles, varias zonas para hacer barbacoas muy bien montadas y un par de fuentes.
Comimos nuestros bocatas rodeados de Columbian ground squirrels, las ardillas enormes que habíamos visto en el lago Beauvert de Jasper. A la salida hicimos una parada en la zona urbanizada de Lake Louise para hacer alguna foto y nos fuimos directos hacia Banff.
De las dos opciones que había, nos decidimos por la Bow Valley Parkway, una ruta cinética que recorre el valle en paralelo a la Trans-Canada Hwy. Se tarda más pero es una carretera chulísima, con zonas prácticamente cubiertas por los abetos y con muchas posibilidades de ver animales salvajes. Debido a la cercanía a los incendios no vimos ninguno, pero las vistas hicieron que mereciera la pena el tiempo de más.

A las 15:30 llegamos a Banff. Nuestro hotel estaba al principio de la población, Charltons Banff, con varios edificios unidos por pasarelas cubiertas y una piscina climatizada. Nos dieron la habitación 243, de dos pisos. Abajo el salón con un gran sofá, la tele y una zona con nevera y cafetera y el baño, y en el piso superior una cama enorme con otra tele.
Como estaba chispeando, nos quedamos un rato en la habitación acomodando los trastos y descansando. Sobre las 20:00h nos fuimos a recorrer el centro, se notaba que era mucho más turístico que Jasper, lleno de tiendas de souvenirs, centros comerciales, restaurantes de todo tipo y mucha gente. Entramos en Elk+Avenue Hotel para reservar hora en la góndola de Banff (la teníamos incluida en el combo de atracciones de las Rocosas que habíamos comprado).

Hicimos unas compras, un par de camisetas de recuerdo y algo para los sobrinos, y volvimos al hotel. A las 21:30 encargamos unas pizzas en el hotel de al lado. En la habitación teníamos un listado de sitios donde encargar comida, es una cosa muy de Norteamérica que los hoteles te ofrezcan ese servicio, ya que muchos no tienen restaurante.
Pedimos la comida en Carlito’s, una pizza cuatro quesos y una de pepperoni y pimiento verde. La camarera era muy simpática, había estudiado español y sabía unas cuantas palabras que no tardó en decirnos. La cena nos costó 32$CAD/21€.
Cenamos mientras veíamos Got Talent canadiense en la habitación, y nos fuimos a dormir pronto, al día siguiente tocaba otro buen madrugón.
