Tailandia y Singapur día 19
Koh Yao Yai día 4
Traslado en barco a Phuket, Parque Nacional Sirinat, Nai Yang Beach y noche en Phuket
18 DE MARZO DE 2019
El día prometía ser tranquilo, el traslado lo habíamos contratado a las 12. Desayunamos sobre las 8, como siempre, y después de hacer un par de compras en la tienda del hotel nos fuimos a hacer las maletas.
El resort tiene un servicio de recogida de maletas, llamas una hora antes de la salida y viene una furgoneta a llevárselas. Ellos se encargan de todo el equipaje hasta que bajas del transfer que te lleva al aeropuerto, donde te las devuelven.
Hasta la hora de salida estuvimos disfrutando en la piscina y comprobando la ruta de los próximos días, haciendo el check-in online para Singapur, etc.

Hicimos el check-out del hotel en el club Villa Lounge y a las 12 en punto salimos en la lancha hacia Ao Po Grand Marina. Allí nos recogió un chófer que nos trasladó hasta el aeropuerto. Esta vez era un conductor normal, no nos puso vídeos de gogós ni música estridente. Todo un detalle por su parte después de los relajados que veníamos de las islas.
En el aeropuerto tuvimos que ir a una cabina a llamar al hotel para que nos recogiesen. Cuándo hicimos la ruta y las reservas de avión vimos que no nos daba tiempo a ir directos de Koh Yao Yai a Singapur por lo que decidimos volver a dormir en el Phuket Airport Hotel, igual que el día de llegada.
Nos dieron la misma habitación que 3 días antes y nos fuimos a comer al mismo restaurante, Heng Heng Heng (parecía el Día de la marmota). Esta vez probamos el pollo con ajo y pimienta, un clásico thai, arroz con pollo y dos refrescos. Nos costó 200 baths/5,40€.

Después de la siesta cogimos dos bicis del hotel, eran gratuitas y tenían muchas. Nos acercamos al Parque Nacional Sirinat, una zona con playas de arena dorada rodeadas de áreas boscosas. Queríamos ver los aviones que al aterrizar pasan a pocos metros de la arena en la playa Mai Khao, a los pies de la pista de aterrizaje del aeropuerto.
Pensábamos que era una ocurrencia buenísima, pero al llegar vimos que es algo que hace mucha gente, había por lo menos 50 personas en la zona haciéndose fotos al pasar los aviones.
En abril del 2019 (un mes después de nuestro viaje) cerraron el acceso a esta zona de la playa por motivos de seguridad, las condenas por saltarse esta prohibición pueden llegar a ser de pena de muerte.
Estuvimos allí hasta que las fotos y vídeos salieron como queríamos y nos fuimos a pasear por la playa. Esperamos a que se pusiera el sol sentados en la arena, era nuestro último atardecer en Tailandia.
Ya de vuelta en el hotel les pedimos si nos podían acercar a la zona de restaurantes de Nai Yang Beach, a un par de kilómetros dentro del Parque Nacional Sirinat. El traslado de ida también era gratuito, pero del regreso nos teníamos que encargar nosotros con taxis o tuk-tuk.

Nos recomendaron el restaurante Phen’s, a la orilla de la playa, de hecho las mesas están situadas en la arena. Llegamos y tuvimos la suerte de encontrar una mesa al aire libre, eran las 20:30 y estaba a tope.
A los 5 minutos, comenzaron a caer algunas gotas y fuimos rápidos en cambiarnos a una de las pocas mesas que tenían en una zona cubierta. En cuanto volvimos a sentarnos vimos nuestra primera tormenta tropical.
En Valencia estamos acostumbrados a esos aguaceros, pero aún así nos impresionó lo poco que les importaba a los camareros calarse hasta los huesos. Sacaron paraguas grandes para las mesas de la playa, que tapaban muy poco, y siguieron sirviendo como podían. En Valencia se hubiera detenido el mundo.
La lluvia no duró más de 10 minutos y todo volvió a la normalidad, quitaron los paraguas y los plásticos y a seguir cenando. Un par de niños se dedicaron a jugar descalzos en los charcos.
Tomamos pollo con ajo y pimienta, noodles con pollo y dos cervezas. Se notó en el precio que estábamos en zona de turismo, la cena subió a 560 baths/15,68€.

Volvimos al hotel en un tuk-tuk con luces de discoteca que cambiaban el ritmo al compás de la música que el conductor ponía en el móvil, hasta que le llamaron e intentó coger el móvil y conducir al mismo tiempo. Casi se sale de la carretera, pero íbamos muy despacio así que lejos de asustarnos nos pareció divertido, menos mal que el trayecto era muy corto. Nos cobró 100 baths por el recorrido, ni regateamos, al día siguiente teníamos que deshacernos de los baths tailandeses y por 2,5€ no quisimos ni pelear.
Dejamos las maletas preparadas y después de un café junto a la piscina del hotel, nos fuimos a dormir. Al día siguiente a las 6 teníamos que estar en el aeropuerto.

Os dejamos un mapa con los puntos de Phuket