Grecia día 7
Paros: Aliki · Naoussa · Lefkes · Atardecer en Parikia
6 de julio de 2018
Por fin tuvimos un buen desayuno, con zumo natural recién exprimido y café espresso. Después de aprovechar un rato en la piscina, fuimos a Aliki, un puerto pesquero al suroeste de Paros. Es un lugar encantador, lleno de pequeñas barcas en un puerto natural con aguas cristalinas, una pequeña playa de arena y unos cuantos restaurantes literalmente encima del mar (uno de los imprescindibles que ver y hacer en Paros).
Comimos en el que tenía la terraza más metida en el agua, la Taberna To Balcony tou Aki, casualmente era el mismo que nos habían recomendado en el hotel el día anterior (aunque no lo recordábamos). Pedimos pescado del día, calamares, pulpo seco (que es la especialidad de las islas) y ensalada griega. Con cervezas y fruta fresca, que nos pusieron como detalle de la casa, nos costó alrededor de 40€ todo. Sólo la mesa sobre el agua viendo el puerto y los erizos del fondo ya vale más. Un restaurante que recomendamos sin dudarlo.

En vez de siesta optamos por darnos un remojón en la playa frente al restaurante. El viento que hay en Mykonos no llega a esta isla, por lo que se nota más el calor. El baño nos dejó frescos para subir al quad y volver hacia Parikia. Cuanto más recorríamos la isla, más nos iba gustando. Es mucho más verde que Mykonos, las carreteras están en mejor estado y no hay tanta masificación.

Regresamos al hotel, bajamos a la playa de Krios y de ahí a la piscina a refugiarnos del calor. Hasta que empezó a bajar el sol y decidimos ir de nuevo hacia Naoussa para tener una panorámica del pueblo desde la península de enfrente, por la zona de Kolimpethres. En realidad, Antonio se había empeñado en hacer fotografías de una isla con una típica iglesia de cúpula azul, con las casas del casco histórico y el puerto de fondo (ya os hemos dicho que somos unos locos de las fotos).

Desde allí, nos fuimos hacia el interior de la isla para ver cómo se iba poniendo el sol y cambiaba la iluminación desde lo alto del pueblo de Lefkes. Un bonito pueblo encalado encaramado en la ladera de una montaña (otro de los imprescindibles que ver y hacer en Paros). Cenamos viendo el atardecer en una terraza colgada sobre el monte, en la taberna Flora. La cena no fue destacable pero el sitio merece la pena por las vistas, aunque quizás solo para una cerveza. Fue igual de barato que el resto de Paros.
Hicimos una parada en el camino de vuelta para ver la noche de Parikia. Encontramos unas vistas impresionantes del crepúsculo en la playa de Livadia. Dimos un paseo mientras nos tomábamos un helado y el resto del mundo estaba pendiente del mundial de fútbol.
