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Dublín día 5

St Stephen's Green, mercado de pintores al aire libre en Merrion Sq, excursión a Blackrock Market y vuelo de vuelta

18 de agosto de 2019

Nuestro último día en Dublín, el vuelo salía a las 18:30, así que teníamos aún mucho tiempo para disfrutar. No madrugamos tanto como otros días y eso se notó en la zona del desayuno del hotel. Los días anteriores siempre había muchas mesas libres y poca gente cogiendo comida, pero esa mañana nos costó un poco más poder sentarnos y había más trasiego de aquí para allá. Nada nos impidió meternos un buen desayuno entre pecho y espalda.

Habíamos decidido ir a un mercado muy chulo que se celebra sábados y domingos en un pueblecito al sur de Dublín, Blackrock, al que se accede con el DART. Nos dirigimos caminando hacia la estación de tren atravesando primero el gran parque St Stephen’s Green, con lagos llenos de patos y cisnes e inmensas extensiones de césped y flores, y bordeando después la verja que rodea Merrion Square para ver el mercado de pintores al aire libre que montan los domingos a partir de las 10.

Lago en St Stephen´s Green · Merrion Sq · Mercado de pintores

A las 10:30 cogíamos el tren hacia Blackrock en la estación de Pearson. Es una población pequeña pero bastante animada, el mercado todavía no estaba abierto pero los cafés cercanos estaban llenos y bastante gente paseando por el paseo marítimo. Desde la estación o el paseo se puede ver el típico skyline de Dublín con las dos chimeneas gigantes del puerto.

Nos sentamos en Bear MRKT a tomar un capuchino y un chocolate caliente, pasamos un buen rato charlando y viendo las fotos del día hasta que decidimos entrar al mercado, que ya estaba montado.

Bear MRKT, 19 Main St, Blackrock  (TripAdvisorGoogle)

Blackrock Village, Dublín

Había varios puestos de comida con muy buena pinta, sobretodo uno de cocina libanesa, varias tiendas de artesanía y otras tantas de segunda mano con artículos antiguos. Es pequeño pero con mucho encanto, está metido entre callejuelas cubiertas y acaba en una zona al aire libre donde hay un par de terrazas para comer. Uno de los mercados imprescindibles en Dublín.

Al salir recorrimos el pueblo, pasando por la iglesia y la biblioteca pública y llegamos hasta el paseo donde envidiamos las casas que hay en primera línea con unas vistas impresionantes. Como se acercaba la hora de comer decidimos volver a la ciudad, no sin antes tirar las últimas fotos.

Blackrock Market

Durante el trayecto en tren se puso a llover a cántaros y como había partido de fútbol, el vagón iba lleno. Al salir de la estación el cielo ya estaba despejado y lucía un buen solazo. Caminamos hacia el hotel y de camino vimos un restaurante de pollo coreano que nos había llamado la atención varias veces y, como tenían alguna mesa libre, aprovechamos para entrar.

Tomamos una K-BBQ burger (sandwich de pollo frito al estilo coreano) y nugs K-BBQ (tiras de pollo frito al estilo coreano) con patatas fritas y una IPA Graciosa. En total 26€. Justo cuando nos sentábamos volvió a diluviar, de momento nos estábamos salvando de choparnos por la calle.

Chimac , 76 Aungier St, Dublin (TripAdvisorGoogle)

Restaurante Chimac · Exterior de Pearson Station

De vuelta al hotel nos respetó la lluvia, hicimos el check-out a las 14:30 y nos fuimos caminando a la parada del Airlink Express. Compramos los billetes en un quiosco frente a Christ Church Cathedral, y al llegar a la parada de Lord Edward St estaba anulada provisionalmente.

Nos tocó caminar con un solazo de muerte (cosas de Dublín y sus locos cambios de tiempo) hasta el otro lado del río por el Grattan Bridge y cogerlo allí, era la segunda parada por lo que pudimos subir casi de milagro y sentarnos arriba, pero ya no quedó casi sitio para el resto de paradas. Sólo pudo subir gente en dos paradas más. Tenía su ventaja, porque así salió directo al aeropuerto.

No os lo aconsejamos como medio de transporte fiable para ir al aeropuerto. Si lo elegís, id con tiempo de sobra porque se pueden formar largas colas y os tocará esperar al siguiente. Os contamos las distintas opciones de traslado en la entrada cómo ir del aeropuerto a Dublín.

El aeropuerto estaba a tope, pero encontramos unas sillas en Starbucks y estuvimos preparando entradas del blog con un café frío mientras esperábamos el vuelo. Tuvimos que hacer la cola para embarcar casi desde 45 minutos antes porque todo el mundo viajaba con prioridad (viva Ryanair y su trato exquisito).

El vuelo despegó puntual a las 18:45 y en menos de 3 horas estábamos en Valencia. Dublín nos dejó con muy buen sabor de boca. Volveremos.

Vistas del río Liffey