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Ámsterdam día 2

Museumplein · Albert Cuypmarkt · Magere Brug · Waterloopleinmarkt · Chinatown · Vondelpark

16 de julio de 2016

Decidimos no poner el despertador, necesitábamos descansar. Desayunamos a las 10, en un Starbucks que había frente al hotel. Un par de zumos, café con leche y chocolate, dos pain au chocolate y un sandwich mixto. Era sábado por la mañana y estaba todo bastante desierto por esa zona, además, el día estaba nublado y supusimos que la gente no tenía ganas de salir con ese tiempo.

Tras pasar por Museumplein, fuimos al barrio Pijp a recorrer Albert Cuypstraat, donde montaban un mercado a lo largo de toda la calle de 9 a 17 y de lunes a sábado (Albert Cuypmarkt). Allí tampoco vimos demasiada gente, los puestos más concurridos eran los de comida, que tenían muy buena pinta. Nos supo mal no haberlo previsto, deberíamos haber desayunado allí probando algunas delicias locales. Si os alojáis cerca, os recomendamos hacerlo.

Mercadillo Albert Cuypmarkt en Pijp

Llegamos hasta el final de la calle, en el río Amstel, y recorrimos el margen izquierdo hasta el puente Magere Brug. Queríamos cruzar por allí y así verlo de cerca. Era un puente levadizo de hierro y hormigón, un lugar histórico de la ciudad.

Seguimos el curso del río hasta el Waterloopleinmarkt. Uno de los mercados de pulgas que más nos ha gustado de los muchos que hemos visitado en nuestros viajes (y uno de nuestros imprescindibles que ver y hacer en Ámsterdam). Allí agradecimos que estuviese nublado porque pudimos pararnos en todos los puestos sin aglomeraciones. Rafa se hubiese llevado mil cosas, entre ellas un montón de cucharillas de café, menos mal que tiene a Antonio de filtro.

Magere Brug

Cruzamos por el puente Ir. B. Bijvoetbrug y continuamos por Staalmeestersbrug (donde hay una panorámica preciosa del canal y el campanario de la iglesia Zuiderkerk de fondo). Queríamos llegar al mercado de productos ecológicos que había ese día en el centro. Tuvimos que dar un buen rodeo, muchas calles estaban cortadas por el rodaje de una película. Vimos una escena de acción de dos lanchas motoras en uno de los canales, fue una chulada ver cómo lo grababan.

Tras pasar por un mercado de libros muy chulo instalado en los soportales del interior de un edificio, Boekenmarkt, llegamos a Nieuwmarkt en Chinatown sobre las 12:45. En un extremo de la plaza estaba el edificio no religioso más antiguo de la ciudad, De Waag, que parecía un castillo. El mercado estaba en el centro de la plaza con muchos puestos de productos ecológicos, tanto productos frescos como especialidades caseras. Además, los locales de alrededor estaban con las terrazas a tope, nos gustó el ambiente de aquella plaza a esas horas.

Vistas desde Staalmeestersbrug con la Zuiderkerk de fondo
Nieuwmarkt y De Waag
Rincones de Ámsterdam (Canal Oudezijds Achterburgwal)

Continuamos hacia el norte, en dirección a la estación central y paramos a buscar mesa en Bird Thais Restaurant, un local de comida tailandesa que nos habían recomendado @olgarg_27 y @dduarte_08. El local sólo tenía 4 mesas y muy pegadas, era muy pequeño pero olía especialmente bien. Tuvimos que esperar unos 10 minutos a que se liberase una mesa.

Pedimos un par de refrescos, sopa de pollo, arroz frito y pollo con anacardos. No habíamos comido mucha comida tailandesa hasta ese momento y nos encantó, estaba deliciosa y por sólo 30€ (dos años después estuvimos 25 días en Tailandia y acabamos de enamorarnos de su gastronomía).

Bird Thais Restaurant, Zeedijk 72-74, Amsterdam (TripAdvisorGoogle)

Comida tailandesa en Bird

Volviendo hacia Nieuwmarkt, nos compramos dos helados de amarena en la heladería Ice Twice Bakery. Nos los comimos sentados en los bancos de la puerta mirando el trajín del templo budista chino He Hua que había enfrente.

Bajamos hacia el río Amstel y nos sentamos en un banco en la orilla, Rafa llevaba los pies reventados de las zapatillas que había estrenado para el viaje. Cruzamos Rembrandtpleinde camino al hotel, una plaza atestada de turistas. En el centro había una estatua de Rembrandt sobre un pedestal de granito, la más antigua de Ámsterdam, data de 1852, flanqueada por esculturas en bronce de los personajes de su cuadro «Ronda de noche». Todo el conjunto tiene a su alrededor un área con césped y árboles donde ese día los holandeses disfrutaban del poco sol que acababa de salir.

Helado en Ice Twice Bakery

Después de una siesta, nos acercamos a Bever, una tienda de deportes bastante grande al lado del hotel, y nos compramos un par de chanclas de senderismo para cada uno. Rafa iba en la gloria con los pies al aire sin rozarle nada. Seguramente teníamos una pinta bastante ridícula, pero son las mejores sandalias que tenemos (nos han acompañado en nuestros recorridos por la selva en Chiang Mai y Koh Kood en nuestro viaje por Tailandia y Singapur, en los lagos de las Rocosas canadienses, y en las playas de las islas griegas, entre muchos otros).

Con los pies repuestos, entramos por Stadhouderskade al parque Vondelpark, estaba muy cerca del hotel, a 5 minutos caminando. El parque era enorme, 47 hectáreas y unos 2 km de largo por unos 500 metros de ancho. Estaba lleno de grupos haciendo barbacoas, había sitios específicos para ello, o jugando en el césped. Uno de los imprescindibles que ver en Ámsterdam.

Nos detuvimos en unos cuantos estanques (había muchos) a ver los patos y otras aves acuáticas, y nos hicimos fotos en un árbol inclinado, parte de su tronco había crecido paralelo al suelo, donde Antonio ya se hizo fotos cuando estuvo aquí 12 años antes, durante un viaje de interrail.

Vondelpark

A las 21 salimos por el acceso de Jacob Obrechtstraat, en la esquina con Willemsparkweg. Allí vimos un restaurante que nos gustó, tenía una terraza muy tranquila y la zona era acogedora. Nos sentamos a cenar y pedimos un Bloody Mary y un Vermouth para beber, una ensalada de rúcula y parmesano, espagueti carbonara, langosta con salsa, crème brûlee y crêpe suzette (no nos privamos de nada). Salimos a 78€, las raciones fueron algo escasas pero todo estaba muy bueno.

George W.P.A., Willemsparkweg 74, Amsterdam (TripAdvisorGoogle)

Cena en George W.P.A.

Mientras estábamos cenando a 25 grados, se puso a chispear y los camareros encendieron las estufas de la terraza. Menos mal que no teníamos ninguna cerca, un poco exagerados los holandeses.

Fuimos a Museumplein a ver si conseguíamos hacernos una foto con el cartel de I amsterdam, pero no conseguimos estar solos. Rafa echó mano del ingenio y se dio cuenta que poniéndonos detrás podíamos hacerla y voltearla después para que las letras se leyesen bien, y eso hicimos.

I amsterdam en Museumplein

Cruzamos Rijksmuseum por debajo mientras un chico tocaba la guitarra, la sonoridad era muy buena, y seguimos caminando con el soniquete de la música tan chula que se escuchaba. Bordeamos el canal hasta Pijp, el barrio de la marcha nocturna, las calles estaban repletas de gente, los restaurantes y las terrazas llenos, se notaba que hacía buen tiempo y que a los neerlandeses les gusta la juerga.

En la plaza Gerad Douplein nos compramos un helado en IJscuypje, hacía calor y entraban muy bien. Pedimos uno de amarena y yogur y otro de Lemon pie y naranja sanguina, por 5,80€.

IJscuypje, Eerste van der Helststraat 27, Amsterdam (TripAdvisorGoogle)

Helado en IJscuypje · Ambiente nocturno en Pijp

De vuelta al hotel, pasamos por delante de Heineken Experience, un enorme edificio de ladrillo visto donde estaba la cervecera original y que hoy en día sirve más como museo y zona de visitas y catas (decidimos no entrar en este viaje, pero nos arrepentimos cuando años más tarde disfrutamos de la experiencia cervecera en la Guinness Storehouse durante nuestra escapada a Dublín).

Después de un rato sentados frente al Rijksmuseum viendo el ambiente nocturno, nos fuimos a dormir, habíamos aprovechado muy bien el día.

Heineken Experience

  • Horario: de lunes a jueves de 10:30 a 19:30 (última visita a las 17:30) y de viernes a domingo de 10:30 a 21:00 (último acceso a las 19:00).
  • Entrada: La básica cuesta 21€ (18€ en la reserva online). Incluye un tour autoguiado (1,5 horas aproximadamente) y la cata de dos cervezas.
  • Cómo llegar: Parada Vijzelgracht (tranvías 1, 7 y 19) y Marie Heinekenplein (tranvía 24).
Fábrica de Heineken en Pijp