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Ámsterdam día 3

Volendam · MOCO Museum · Vuelo de regreso

17 de julio de 2016

Tocaba un buen madrugón para aprovechar el último día al máximo. Desayunamos en el Starbucks frente al hotel, como el día anterior, y a las 8:30 cogíamos el tranvía número 2 en Leidseplein hacia Amsterdam Centraal. Allí nos costó un poco aclararnos para encontrar el autobús 316 que llevaba a los pueblos de Waterlands, uno de los imprescindibles que ver y hacer en Ámsterdam.

Os recomendamos comprar la Waterland Dagkaart, el billete diario para poder hacer uso de los autobuses de la región de Waterlands durante todo el día con la empresa EBS. El precio es de 12,50€. Se puede comprar online o en la propia estación. Los autobuses parten de la zona de atrás, junto al canal, bajo la bóveda acristalada.

Estación de autobuses · Trayecto en tranvía · Edificio A’DAM Lookout

El recorrido en el autobús hacia Volendam fue precioso, todo rodeado de campos y pastos verdes con granjas de ovejas lanudas y vacas por todos lados. Además, íbamos muy tranquilos, el autobús iba casi vacío. Tardamos menos de una hora en hacerlo, a las 9:30 llegábamos a nuestro destino.

Autobús a Volendam

Volendam estaba casi desierto a esas horas, a excepción de los pocos lugareños que iban o volvían de comprar el pan y algunos que desayunaban en sus terrazas mirando al mar. Recorrimos Zeestraat hasta el puerto y de allí a la playa, las vistas de las casas desde la arena eran preciosas. Seguimos caminando por el paseo de Noordeinde hasta el extremo noreste. El día soleado y el mar en calma hicieron que el paseo fuese espectacular.

Puerto de Volendam · Centro de Volendam · Oveja
Playa de Volendam

En el camino de vuelta nos encontramos algo más de gente, en el puerto las tiendas ya estaban abiertas, entramos de casualidad al museo del queso y vimos un par de tiendas de artesanía en la calle Haven. El centro tenía mucho encanto y había más ambiente a esas horas.

Calle Haven en Volendam

Fuimos en busca de un molino de viento que habíamos visto al llegar con el autobús a la entrada del pueblo, De Kathammer. Estaba en medio de los pastos y rodeado de vacas y justo cuando llegamos el dueño estaba conectándolo, pudimos verlo en marcha, no podíamos tener una postal más típica.

Volvimos hacia el pueblo, después de hacer miles de fotos y vídeos del entorno, y nos sentamos en la terraza del restaurante AMVO De Gastheer. Nos pedimos dos sandwiches mixtos y un par de coca-colas.

AMVO De Gastheer, Julianaweg 106, Volendam (TripAdvisorGoogle)

Alrededores de Volendam
Molino típico holandés en Volendam

Con el estómago lleno y satisfechos con todo lo que habíamos visto, nos fuimos a la parada del bus en Julianaweg a coger el coche de vuelta (nos hizo gracia el nombre de la calle, la madre de Antonio se llama Juliana).

A las 13:15 llegábamos a la estación y 20 minutos de tranvía después entramos al MOCO Museum a ver la exposición de Banksy. Había además en una sala accesoria unos pocos cuadros de Andy Warhol que también nos gusta mucho.

Obras de Banksy

MOCO Museum

  • Horario: lunes a jueves de 9:00 a 20:00, viernes a domingo hasta las 21:00
  • Entrada: 19,50€ (15,50€ la primera y última media hora).
  • Cómo llegar: Parada Rijksmuseum de los tranvías 2, 5 y 12 y el autobús 397
Campbell’s de Warhol · MOCO Museum

A las 14:30, después de hacer el check-out, cogimos el taxi hacia el aeropuerto que literalmente voló, llegamos en 20 minutos (os dejamos todas las opciones en cómo ir del aeropuerto a Ámsterdam). En el arco de seguridad, a pesar de pasarlo rápido, a Rafa le hicieron sacar todos los trastos de la mochila de la cámara, que son unos cuantos.

Comimos en un Sbarro que había en la zona superior del foodcourt del aeropuerto. Una sopa de tomate, dos bocadillos de queso y rúcula y un apple pie por 25€, como siempre, lo más caro del viaje es en estos sitios.

Aprovechamos que habia aire acondicionado para comprar unos quesos (no los habíamos comprado antes por el calor que hacía esos días) y nos dispusimos a esperar el embarque.

El vuelo despegó en hora a las 17:45, y 2 horas después aterrizamos en Valencia, sin incidencias. de momento no teníamos ningún viaje planeado, ese verano pasaríamos un mes en un apartamento en la playa de Tarragona.

Aeropuerto de Schiphol