Dublín día 1
Vuelo de ida · Recorrido por Westford y Camden
14 de agosto de 2019
Por fin llegaba el día de hacer una escapada nueva. En Valencia, a 14 de agosto, estábamos muertos de calor y después de la mudanza exprés y de no tener vacaciones en verano (no podemos quejarnos, ya habíamos tenido lo nuestro en Tailandia e Islandia) nos apetecía mucho ir al norte, tiempo fresco y paisajes relajantes.
A las 15 de la tarde, llegábamos al aeropuerto de Manises. Íbamos con tiempo y como teníamos unos descuentos para la sala VIP Joan Olivert, y no habíamos comido, decidimos entrar y ver cómo era. La sala estaba recién reformada, con varias zonas, una con sillones enfrentados, otra con sofás, un área con comida y bebida y otras de descanso y para reuniones. Aprovechamos para comer y de paso coger algún tentempié para el avión.
A las 17:35 despegaba el vuelo de Ryanair que nos dejaría en el aeropuerto de Dublín a las 19:35 hora local. 3 horas de vuelo con los típicos inconvenientes de la peor compañía, pero que desgraciadamente es la que tiene la mayoría de rutas desde nuestra ciudad. Siempre prometemos que no volveremos a volar con ellos, pero sabemos que no es verdad y al final acabamos picando.

Al llegar al aeropuerto decidimos coger un taxi. Habíamos buscado las alternativas para hacer los traslados al aeropuerto según precio y tiempo (os lo contamos en qué saber antes de ir a Dublín), pero viendo la cola que había para subir al autobús, cambiamos de idea. El trayecto duró 30 minutos y nos costó 31,60€. Cuando nos bajamos del taxi nos dimos cuenta del cambio de temperatura, menuda rasca…
Nuestro hotel, Maldron Hotel Kevin Street, estaba al lado de la Catedral de Saint Patrick. Nos encantó la localización, ya que pudimos ir caminando a todas partes y en 5-10 minutos estábamos en la zona más turística del centro. Nos registramos y deshicimos las maletas. Después de dos viajes largos con muchos cambios de hotel nos gustó pensar que estaríamos allí varios días sin mover el equipaje.
Habíamos elegido una habitación con vistas a la catedral y cuando corrimos las cortinas, la imagen era espectacular.
Después de organizarnos, decidimos que era el momento de salir a pasear y buscar un sitio para cenar.

Recorrimos Kevin St hacia el este y bajamos por Wexford y Camden St Lower, un par de calles llenas de pubs y restaurantes, todos muy concurridos a esas horas, sobre las 20:30, y muchos de ellos con música en directo.
Teníamos apuntados unos cuantos restaurantes recomendados en LovinDublin.com. Vimos varios de ellos y el que más nos apeteció fue Mad Egg, especializado en pollo frito. Ya era tarde para la hora de cenar irlandesa, así que había varias mesas libres. Nos atendió un chico mexicano que, al oírnos hablar nos preguntó si preferíamos que nos hablase en español, y se lo agradecimos.
Pedimos un sandwich de pollo, unas tiras de pollo con guacamole y pico de gallo, patatas fritas normales y otras con beicon y queso, y para beber, agua del grifo (benditas ciudades con agua potable y bebible). Todo costó 31€.

Volvimos por Camden y entramos en el pub Whelan’s. Ya era tarde y la música en directo se había acabado, pero los locales estaban a tope y nos apeteció introducirnos en su cultura de pubs. Pedimos dos pintas y nos sentamos a charlar y escuchar la música pop-rock que sonaba y a ver los variopintos dublineses que entraban.
Después de una hora y pico allí, nos fuimos al hotel a descansar
